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Thursday 9 de March de 2006, 00:00:00
Camino de Santiago : Zubiri - Pamplona ( etapa 2 )
Tipo de Entrada: RELATO | 11166 visitas

Relato de la segunda etapa del Camino. Gran parte de la etapa consiste en recorrer por prados y bosques el valle de Esteribar, pasando por pequeñitos pueblos, hasta la entrada a la tríada urbana Villava-Burlada-Pamplona . RELATO ETAPA0 : BADALONA- PAMPLONA- RONCESVALLES http://www.madteam.net/usuarios/aventuras/relato.php/CaminoDeSantiagodia1241005.../183.html RELATO ETAPA1 : RONCESVALLES-ZUBIRI : http://www.madteam.net/usuarios/aventuras/relato.php/CaminodeSantiagodia22.../184.html

Los caballos bloquean y cortan el Camino de Santiago. ¿ Cuál será el motivo de la portesta ?
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Los caballos bloquean y cortan el Camino de Santiago. ¿ Cuál será el motivo de la portesta ?
El río Arga en el valle de Esteribar , y el tronco que por el que intento cruzar
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El río Arga en el valle de Esteribar , y el tronco que por el que intento cruzar
jóvenes escalando en las murallas de la Ciudadela, en Pamplona ( aquí en Montjuic lo han  prohibido, afortunados sois ... )
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jóvenes escalando en las murallas de la Ciudadela, en Pamplona ( aquí en Montjuic lo han prohibido, afortunados sois ... )

Un nuevo día ha llegado. Anoche me quedé dormido al momento, ya que llegué cansado tras más de doce horas de caminar. He dormido en la colchón superior de una litera. Esta noche, no he pasado frío. Por la noche entra la luz de las farolas a través de los cristales de las ventanas, por lo que no hay oscuridad. El refugio se queda abierto toda la noche, ya que no viene nadie a cerrarlo. Salgo del interior del saco de dormir, y preparo el equipaje.

Tras almorzar, a las nueve de la mañana , pese a ser las ocho la hora de cierre, salgo el último del albergue, junto al chico de Bilbao, llamado Pedro. No ha venido nadie a cerrar, se queda abierto. Por delante tengo un nuevo día de caminata, ésta vez para llegar a la primera gran ciudad del Camino, Pamplona. Por detrás, tengo mis chanclas y mi toalla debajo de la litera secándose, me he olvidado de ellas y aun no lo sé...

Llevo puestos el gorro de lana, los guantes y la chaqueta. Por la calle principal voy hacia la iglesia, dedicada a San Esteban, la cual sólo conserva de la época medieval los muros. Es de fachada blanca, como la mayoría de las casas, y en la torre del campanario tiene un reloj de agujas, además de una campanita en el tejado. Al llegar a ella giro a la izquierda. Suena una campanada, el pueblo se despide así de mí. La calle que acabo de coger va a parar al Puente de la Rabia.

El puente da nombre al pueblo, ya que Zubiri significa pueblo del puente. Es un puente gótico de dos ojos de medio punto, por debajo del cual transcurre el río Arga. Su nombre se debe a que es un rito tradicional de la región hacer dar tres vueltas al ganado en torno a su pilar central para resguardarlo de la rabia. Se supone que bajo ese pilar está enterrada Santa Quiteria, la cual produce la protección del animal. Pienso que no van a coger la rabia, pero porque se van a morir del resfriado que van a coger de meterse en el río para ponerse a dar vueltas sobre su pilar central...

En este punto me quedo contemplando el puente desde distintos puntos de vista : desde un lado, desde el centro ... buscando buenas fotos. Pedro continúa su camino, y me quedo sólo. Pasan dos peregrinos que acababan de salir antes que nosotros y que se habían parado a comprar pan, uno es suizo y una es canadiense ( Quebec ). Así, me he quedado el más atrasado del día, para variar...

En el centro hay un balconcito, me asomo en él y observo el puente desde una perspectiva más. Me recuerda al puente romano de Mérida, de casi un kilómetro de longitud sobre el río Guadiana, que conocí el pasado julio, ya que tenía también el balconcito. Éste es su hermano menor, muy menor...Mientras estoy en el balcón, un coche atraviesa el puente, nunca me hubiera imaginado que está abierto a la circulación...

Continúo con mi caminar , un rato a pie y otro andando, tras haber escuchado las campanas de la iglesia que sonaban a modo de despedida al pasar junto a ella y dirigirme al puente. Al otro lado del puente retomo el Camino, que no pasa por el interior del pueblo. Un gorro y unos guantes de lana me protegen del fresco de una mañana de finales de octubre. Bueno, es más frío que fresco, la chaqueta la llevo atada hasta arriba...

El Camino de Santiago continúa hacia Larrasoaña sin cruzar el puente y por tanto sin entrar en la población, lo mismo que ocurre en Larrasoaña, el otro posible final de etapa. El puente se cruza si se quiere visitar Zubiri o pernoctar en el albergue, ya que el Camino transcurre por el otro lado del río.

Del puente se va a una zona de casas, donde debe de estar el cementerio, que no veo. Seguidamente me alejo del pueblo por un descenso pedregoso, hasta que un riachuelo cruza la senda. Lo paso por una losa colocada a modo de puente. El Camino transcurre por un modesto bosque y entre vegetación de baja altura. Observo a mi derecha cuatro burros comiendo hierba , uno es marrón, uno es blanco con manchas negras, otro blanco con manchas marrones y el último es todo blanco excepto la cabeza que es marrón... que variedad, hay para elegir, con lo iguales que parecen las ovejas...

El Sol no aparece y el fresco continúa. Abajo, a lo lejos, observo a vista de pájaro un pueblo, formado por casas blancas de tejado rojo, una iglesia antigua ( de coloración típica de piedra, diferente a la de las casas modernas ) y la carretera general que pasa rozando al pueblo. Supongo que debe de ser el siguiente pueblo de Camino, Larrasoaña, pero en verdad se trata de uno de esos pueblos por los que el Camino no pasa, pero yo sí. Larrasoaña está más lejos...

Llego a un cruce y voy hacia la derecha. Está por venir un tramo de Camino muy feo, famoso por la fábrica de magnetitas. Voy por la pista, pasando junto a unas instalaciones eléctricas, hasta llegar a su fin, una carretera, es la carretera de Osteritz. La tomo hacia la izquierda, y se trata de caminar por la carretera, sin arcén, y sin coches, escuchando el ruido de la fábrica de magnesitas. La carretera hace una ligera y constante subida. Me pongo a correr, ya que estar aquí caminando es perder el tiempo...

Corriendo adelanto a algún peregrino. Llega el momento en que una concha me dice que deje la carretera y me meta hacia la derecha, es como ir de Guatemala a Guatepeor. Se trata de atravesar los terrenos privados de la empresa de magnetitas, concretamente, la zona de acumulación de residuos de dicha empresa. A la entrada de la pista, justo cuando se deja la carretera, un gran cartel metálico dice : " Atención, va a atravesar terreno industrial de MAGNA S.A. ( MAGnetitas NAvarras S.A. ) , no salga del recorrido ". Salir, no salgo, pero correr...

El ruido es fuerte, el panorama desolador. Tierra, camiones de obra, tuberías... En una tubería alguien ha escrito en pintura " Santiago 715 km ", vaya ánimos ... Al salir del tramo industrial un cartel avisa de ello. Dentro está todo señalizado, es una gran pista con una bajada final con tablones de madera a modo de escalones.


Alcanzo al peregrino de Bilbao, Pedro, que está parado cambiándose de calzado, ya que tiene ampollas en los dos pies, y le duelen. Yo lo único que tengo son ganas de volver a caminar disfrutando de ello y del paisaje, y estoy a un paso de ello. Me acerco a ver una pequeña catarata cercana, a la izquierda del Camino. La peregrina canadiense, que es la última del día ya que la adelanté al correr, nos alcanza y nos hace una foto juntos, es mi único recuerdo material del chico de Bilbao...

Dejo al chico con sus tareas de cambio de calzado y continúo mi caminar, por una calzada bonita de piedras colocadas. Llego a una zona de casas en la montaña, es una pequeña población llamada Ilarratz. Hay una fuente de piedra construida el año 1917. Es un rincón del mundo bonito para beber y descansar. Me saco la mochila, fotografío la fuente, y la observo. Tiene dos abrevaderos. Lleno la botella de agua, me quito los guantes y el gorro de lana, y retomo el Camino. En ese punto me han adelantado el chico de Bilbao y la canadiense. Tengo de nuevo el placer de ser el último de la etapa...

Tomo una carretera a la derecha, y por ella paso junto a dos caballos. Uno es la madre y el otro el bebé, que está lactando de la madre mientras ella come hierba. Me acerco, y me quedo observándolos mientras ellos también me observan de cerca. Los tres estamos pensativos, yo más que ellos. Somos tres animales, cara a cara. Son de color marrón, y la madre tiene una campana en el cuello. Tras acercame bastante, les dejo tranquilos y me voy alejando, a lo que dejan de mirarme y la madre vuelve a comer hierba...

Sigo caminando, y a la derecha hay una especie de masía antigua con un pequeño cementerio, debe de ser  la ermita de Santa Lucía. Está modernizada, ya que su fachada de siglos de antigüedad contrasta con la antena parabólica que hay instalada en la misma fachada. En una curva de la carretera cerrada a la derecha, se debe dejar y tomar otra a la izquierda, para llegar hasta Esquirotz o Esquíroz. Yo continúo por donde no se debe, es decir, carretera abajo, y tras pasar por un puente sobre el río Arga y caminar unos 200m de carretera recta, delimitada a la derecha por un prado de hierba grandioso, llego al pueblo que vi hace rato a vista de pájaro arriba, descubro que se llama Urdaniz/Esteribar...

Urdaniz es un pueblo que está formado por unas treinta casas y una iglesia, más una pista de frontón. Subo por el pueblo hasta llegar a la iglesia, y la rodeo. Junto a la entrada hay unos arcos bajo los cuales está la puerta, y delante hay césped. Bonito rincón solitario para refugiarse de una posible lluvia. Para variar, la iglesia está cerrada, como todas las de los pueblos que voy recorriendo. Atravieso el pueblo en sentido contrario, vuelvo a la carretera, y tras pasar el río y subir por ella, tomo el desvío de la curva cerrada, que es por donde continúa el Camino...

Se llega a Esquirotz, que son siete casas si no cuento mal, por una carretera estrecha. Es de doble sentido de circulación pese a que es imposible que dos coches quepan por lo estrecha que es, pero bueno, estadísticamente es prácticamente imposible que dos coches se encuentren en esta carretera olvidada y solitaria?

Pasado el pueblo ya camino por sendero, la carretera ha quedado atrás. Paso un riachuelo gracias a un puentecito y camino por un paisaje verde de campos. He cruzado la carretera de Setoain. Llego junto al Puente de los Bandidos, puerta de acceso al pueblo llamado Larrasoaña, en el cual está el segundo albergue del Camino. De aquí habrán partido esta mañana los veinte peregrinos que hay de diferencia entre los 30 que dormimos en Roncesvalles y los 10 que dormimos en Zubiri, es de suponer. Un cartel informa:

" Larrasoaña era considerado el centro comercial y económico del Valle de Esteribar. A principios del siglo XI había aquí un Monasterio de San Agustín, regido en esta época por el abad Azuar, a quien el Rey Sancho el de Reñalém le encomendó su hija, Urraca. En el siglo XVIII en esta villa habrán cofradías en dos ermitas, una en dirección norte dedicada a Santiago, y la otra al sur bajo la advocación de San Blas. De Larrasoaña a Pamplona el Camino y la carretera van por el fondo del valle, siguiendo la orilla derecha del río Arga. Pasaba el Camino viejo por Antxoriz y luego cruzaba a la orilla izquierda del río Arga; seguía por Irotz y volvía a cruzar el río por un puente medieval " .

La Orden de San Agustín, era una orden muy activa en la atención a los peregrinos de Santiago. La población, era un referente en la ruta jacobea. Su configuración urbana, consiste en una calle principal, donde pasaba el Camino, y las casas a ambos lados, como sucede con muchos pueblos nacidos gracias al Camino de Santiago. El puente es llamado Puente de los Bandidos, porque aquí eran frecuentes los atracos a  peregrinos, por ser un lugar de paso obligado en aquella época. Cruzo el puente, gótico del siglo XIV, mientras cuatro paletas lo están arreglando. Éste tiene dos balconcitos.

Al otro lado del puente, hay una iglesia consagrada a San Nicolás de Bari. Es un santo muy presente en el Camino, ya que es uno de los principales protectores de los peregrinos. La iglesia tiene dos campanas en la torre, y rejas en la parte inferior.  A la izquierda se toma la calle principal, que me lleva hasta el Concejo de Larrasoaña, donde está ubicado el albergue...

Llego con la intención de sellar mi credencial, ya que en Zubiri no lo he hecho y no quiero llegar a Pamplona a los dos días de haber partido y sin ningún sello del recorrido para evitarme posibles problemas. El Concejo está situado en una plaza, y en un banco de ésta me encuentro a Pedro. Entro a la edificación, y  sorpresa!!! Hay un sellador en la entrada !!! Lo cojo y me pongo el sello en la credencial. Subo las escaleras, con la intención de ver como es el albergue, situado en la primera planta, pero está ya cerrado. En la primera planta hay dos puertas, una es el albergue y la otra el Ayuntamiento

Una mujer llega a la plaza en coche y nos dice " buen Camino ". Los peregrinos somos inconfundibles con nuestras grandes mochilas. Me voy del lugar por donde he venido hasta salir del pueblo. Pedro se queda allí trasteando cosas en la mochila, para variar. De camino veo una casa con detalles artísticos de madera a mano derecha en la calle principal, por ejemplo en su balcón. No he visto no la ermita de San Blas ( al sur del pueblo ), ni la de Santiago ( al norte del pueblo ), que son lo que quedan de recuerdo de las dos cofradías dedicadas a la atención del peregrino que habían en el pueblo con su correspondiente hospital cada una?

Son las 11:40, los peregrinos que han dormido aquí deben llevarme unas tres horas de ventaja, aunque Larrasoaña sólo está situada a unos cinco kilómetros de Zubiri. Camino comiendo una bolsa de cacahuetes con miel cuando se me presenta delante un lugar ideal para pararse, y ponerse a pintar un cuadro, eso sí, el que sepa dibujar, yo no... La estampa está formada por unos árboles de hojas amarillas, altos y delgados, junto a baja vegetación, que forman una primera barrera, tras la cual hay césped y un conjunto de construcciones antiguas, seguramente una masía. El cielo está azul claro y completamente despejado, y todo presenta gran iluminación gracias al Sol...

Atravieso un conjunto de construcciones, formado por la masía del imaginario cuadro, un hotel y poco más. El pueblo se llama Aquerreta. Salgo por un portillo, hay enormes pastos con ovejas de cabeza y patas blancas, y vacas. El Camino queda barrado por un conjunto de caballos. ¿ Tendré que abrirme paso entre ellos ? . Me dirijo con cierta duda hacia el obstáculo, hay unos seis caballos que no me dejan avanzar por la pista, junto a una valla y portillo por el que he de pasar. A ambos lados el camino está vallado y hay pastos con muchos caballos. Me acerco, y los caballos echan a correr a ambos lados hacia los pastos por un trozo sin valla, y me queda el camino libre, al final ha acabado el asunto en que los caballos son asustadizos y no he tenido que pasar entre ellos...

Tras caminar entre campos, y cruzar una carretera, camino por un bosque de pinos silvestres. Se escuchan coches, ya que la carretera va apartada pero paralela y cercana al Camino, por el fondo del valle en dirección a Pamplona. Hay un tramo con escalones de madera, de los que se utilizan en las vías férreas. El Camino transcurre ahora por la orilla izquierda del río Arga, que está a unos cinco metros del Camino, pero escondido tras los árboles...

Bajo hasta la orilla en una especie de desvío, y el paisaje en fantástico, nada que envidiar a la selva amazónica. Observo un río ancho, de unos ocho metros, junto a un tramo de pequeñas cascadas que emiten sonido, y no ruido. Hay árboles a ambos lados, de manera que el río está tapado por sus copas, creando un ambiente húmedo, de poca luz y de mucha vegetación, parecido a una selva. El suelo está cubierto de hojas marrones y amarillas mojadas. Un tronco caído va de lado a lado del río, y me provoca, como también el atravesar el río de orilla a orilla como ya hice con uno pequeñito y menos profundo en Burguete...

Busco las chanclas en la mochila, para meter los pies y ver si me atrevo con lo de atravesar el río, y no las encuentro, me doy cuenta de que me las he olvidado en Zubiri. Estoy demasiado lejos para retroceder, si retrocediera debería dormir en Zubiri o como mucho volver a comenzar y dormir en Larrasoaña. Me dirijo por la orilla hacia el tronco caído que atraviesa el río, y me subo en él. Camino sobre el tronco despacito agarrado de una rama, hasta que debo tomar la decisión de seguir adelante sin agarre o no. Mientras estoy meditando el asunto, me cae una hoja en la cabeza, puede ser una señal divina, diciéndome que no lo haga. Desisto y me vuelvo a la orilla. Veo a Pedro pasar por el Camino desde la orilla y le saludo desde mi escondite. Ya vuelvo a ser el último peregrino del día. Más adelante, atravieso el río hasta el otro lado, en una zona de amplias rocas y con una cascada artificial, hace unos 20m de ancho...

La senda que va por el margen izquierdo del río por un bosque, va a parar a un puente que cruza el río. Al otro lado del puente está el pueblo llamado Zuriain. Una máquina de refrescos ubicada bajo un tejado de tejas rojas construido para protegerla de la lluvia me da la bienvenida. En el pueblo está la iglesia de San Millán, medieval y reformada en los siglos XVI y XVII, pero no la veo. Es un pueblo que va a lo largo de la carretera general. El Camino llega a ella, y en ella se va hacia la izquierda. No me hace ninguna gracias caminar por el arcén pasando los coches a más de 100 kilómetros por hora junto a mí, pero no hay alternativa?

Un ciclista circula por el arcén en el que estoy caminando,  hacia mí, y antes de llegar a mi altura,  se aparta hacia el carril de los coches y me saluda al pasar. Al otro lado de la carretera, es decir, a la derecha, hay unas trescientas ovejas y un pastor, en una zona de césped. Comienzo a contarlas, pero es imposible, y hago un cálculo aproximado sabiendo las que llevo contadas y el espacio que ocupan respecto del espacio total que ocupa el rebaño. Estaría bien preguntarle al pastor cuantas lleva, pero igual ni él lo sabe, además de que me tomaría por loco?

Cuando a mano izquierda aparece una carretera hacia Ilurdotz , por fin dejo de caminar por el arcén de la carretera general, y camino por otra más pequeña hacia Ilurdotz.  La carretera cruza un río a través de un puente llamado Anchoriz. Abajo en el río hay un pescador metido en el río pescando, lo veo al mismo tiempo que el cartel " coto de pesca intensivo, prohibido meterse en el cauce ". Pasado el puente giro a la derecha, un mojón con concha sitúa a Iroz/Irotz a 1km de distancia...

Voy por una pista , que pasa cerca de las ruinas de una cantera, y después por un sendero a media ladera, hasta que llego a Iroz. A su entrada, hay una fuente. En el sendero he adelantado a Pedro, que no va a gusto por sus ampollas. Cruzo por la carretera el río Arga a través del puente románico de Iturgáiz, de tres ojos, y aparezco en la carretera general. Cojo un sendero a la izquierda, que va paralelo a la carretera general, por su parte izquierda. Es mucho más seguro que caminar por el arcén.

Un mojón de piedra con concha dice que Cizur está a 14kilómetros. A la izquierda y abajo, se ve una zona de picnic con seis mesas con dos bancos cada una, y cuatro barbacoas. En ese punto estoy parado en el sendero mirando el mapa y me doy cuenta de que en el suelo, delante mío , hay una serpiente de unos 60 centímetros de longitud parada. Me asusto, y ella también, se va al margen izquierdo del sendero y paso rápido por si acaso, ya que no me gustan y es la primera que me encuentro una tan bien visible. Comienzo a atravesar un pueblo, llamado Zabaldica ( Esteribar ), que está al borde de la carretera general...

En el pueblo, hay una iglesia románica del siglo XII consagrada a San Esteba protomártir. Al otro lado, sobre una colina, se ve una iglesia antigua. Abandono el Camino, cruzo la carretera, y por una cuesta cementada ancha de gran pendiente llego a arriba, se trata de un pueblo. Los perros ladran, están sueltos y se me acercan. No hay nadie y las puertas de las casas están abiertas. Debo irme si no quiero ser mordido y dejar el tema de la iglesia...

Sobre una puerta está el cráneo de un animal muerto, que pueblo más extraño y fantasmal. Bajo de la colina, para retomar el Camino, y me vuelvo a encontrar a Pedro, que busca agua y no encuentra. Desde aquí abajo no se ve el pueblo, solo la iglesia. Al decirle que vengo de allí arriba me dice que cuanto me he entrenado, que él está que no se aguanta y yo siempre para arriba y para abajo. Me gusta investigar y descubrir rincones y lugares por los que no pasa el Camino y que seguramente jamás vería...

Dejo a Pedro atrás con su búsqueda del valioso líquido para un excursionista. Ya hace muchos años que mi primo me dijo en el transcurso de una larga excursión por la baja montaña de la comarca de La Selva, que el agua es oro en una excursión, y ahora  siendo ya un excursionista enamorado de la montaña y no un chaval de 14 años extasiado con su primo que le lleva un día entero de excursión alrededor de su torre en Vidreres, puedo corroborar que tenía toda la razón...

El sendero en el cual he visto la serpiente va a parar al arcén izquierdo de la carretera general, y avanzo por ésta, hasta que en unos cien metros la cruzo para llegar a una zona de descanso ajardinada, con lavabos , dos barbacoas y mesas y bancos de picnic de piedra. En la zona que acabo de pasar, donde la serpiente, eran de madera.. Se debe de coger un sendero a mano derecha antes de llegar al lavabo, pero yo voy al lavabo, y me siento a la sombra que hace para esperar a que aparezca por el horizonte Pedro, y decirle que aquí hay un lavabo donde proveerse de agua. Aparece a los diez o quince minutos...

Le digo que esa construcción son dos lavabos con pica para poder coger agua, y va a proveerse del oro incoloro, inodoro e insípido, al menos en teoría, ya que el agua potable de muchas zonas deja mucho que desear. El oro negro y el oro metálico quedan muy lejos de la vida de peregrino, y los coches son aparatos extraños que parecen que nunca los hayamos utilizado...

Retomo la marcha, y paso junto a una ermita y varias masías. En la fachada de una de ellas pone " Partido judicial de Aoiz, lugar Arleta ". Se trata del caserío de Arleta, y consta sólo de dos edificios: el antiguo Palacio del Señorío , el cual tiene una ventana geminada en su torre, y la Iglesia de Santa Marina, la cual tiene una talla gótica de ésta.  Más adelante paso junto a los restos del despoblado de Santiagozar,

El Camino pasa a tener contaminación acústica, hay mucho ruido. Cruzo un túnel que salva la Ronda Este ( carretera de circunvalación de Pamplona ), y camino por una pista ancha paralela a dicha carretera, bordeando la montaña llamada Miravalles,  y saliendo del valle de Esteribar. Al otro lado del monte, y situado en el valle de Ezcabarte, llego al puente medieval sobre el río Ulzama, de seis arcos. Al otro lado del puente se encuentra la Iglesia de la Trinidad, del siglo XII, junto al albergue de peregrinos llamado Trinidad de Arre, en el término municipal de Villava. La iglesia también es llamada ermita de la Trinidad de Arre. El albergue está en una magnífica ubicación, junto al río y el puente medieval. Me gustaría haber dormido en él. Es el tercer albergue del Camino, y está en una parte del Camino que hace que dormir en él no sea lo habitual, no es final de etapa.

La naturaleza se ha acabado, y da paso a la ciudad. Ya todo es ciudad hasta la salida de Pamplona, ya que no hay separación física entre Villava, Burlada y Pamplona. Camino por la calle Mayor de Villava, es la primera población con bloques de pisos. Unos paletas tienen puesta en la radio una canción de Melendi que me viene como anillo al dedo, la letra dice " Voy, caminando por la vida, sin pausas pero sin prisas ". Un póster me da la bienvenida al País Vasco, nación ocupada por España y Francia, según dice. También tiene un mapa formado por el País Vasco teórico, Navarra y parte de Francia, junto a un peregrino y varias conchas. Un póster completo, con la información de habitantes ( 2.902.962 ) y kilómetros cuadrados ( 20.947,2 ) del territorio representado en dicho mapa...

Dejo el camino para ir a una gran plaza que tiene una fuente. El agua sale por la boca de un pez con cabeza de león o un animal imaginario parecido a éste, y va a parar a una gran concha que hace de pica. Hay una iglesia muy alta con un reloj en la torre del campanario, y una estatua dedicada a Sancho VI el Sabio, es la plaza mayor de Villava. El Camino pasa literalmente por el interior de una pequeña gasolinera, y llego a Burlada?

Me siento en el borde de un jardín a comerme una bolsa de patatas, que llevan más de cuarenta kilómetros de caminata en la mochila y unos cuatrocientos kilómetros de autocar desde Badalona hasta Roncesvalles. Para más inri, tengo delante de donde me las estoy comiendo un supermercado Dia%, la marca de las patatas que me estoy comiendo, tanto viaje para nada, pudiéndolas haber comprado aquí enfrente...

Continúo con la caminata urbana. En un cruce, se acaban de chocar dos coches y un agente de la autoridad regula el tráfico. Más adelante, tras llevar muchísimo tiempo de caminar en línea recta desde el puente medieval, dejo la calle y tomo un desvío a la izquierda , que va paralelo a ésta y pasa por la puerta de un parque enorme. Entro al parque y me siento en un banco a descansar. Tras un rato de descanso, salgo del parque y sigo por el Camino...

Hay que girar a la derecha y pasar por un túnel, es una zona de paseo, con árboles, y a la izquierda hay un río con patos. Se llega a una carretera, que tomo hacia la izquierda y voy por el arcén. Ésta acaba en otra, que tomo hacia la derecha, y llego hasta un puente medieval que cruza el río Arga. El puente románico es llamado de Santa Magdalena, y da acceso a la ciudad de Pamplona. En el extremo de antes de cruzarlo hay un monumento de piedra que consta de una cruz y una virgen. Al otro lado, Pamplona?

Pamplona es una ciudad grande, y capital de Navarra. Tiene decenas de monumentos y edificios antiguos. La catedral y la ciudadela son de los más importantes, así como la muralla. Estoy en Pamplona, son las cinco de la tarde, y se trata de ir siguiendo las indicaciones del Camino. Al otro lado del puente, a la izquierda, hay otro monumento parecido al anterior, en un parque, y es necesario dejar el Camino para verlo de cerca, cosa que hago. Camino entre las murallas de Pamplona, y paso por un puente levadizo y bajo un arco. Me quedo mirando dicho paso, e imaginando como levantaban el puente e imposibilitaban que nadie pudiese entrar en la ciudad amurallada. A los pocos metros llego a la Puerta de Zumalacarregui , que da acceso al casco antiguo de la ciudad, por el cual no es aburrido caminar como pasa en Villava y Burlada. La entrada al casco antiguo, por el puente medieval, el puente levadizo, las murallas, el arco y el portal, es una entrada triunfal y bonita para el peregrino, que ya ha superado el tramo de Pirineo...
 
A las 17:30 llego a la puerta del albergue, llamado de las Madres Adoratrices. Hoy dormiré en él. Lo llevan ellas, el Ayuntamiento de Pamplona y la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Navarra. Su precio es de cinco euros, es el único de Pamplona, tiene 100 plazas, a las 22h apagan las luces, a las 22:30 se pide silencio y no se puede salir después de cerrado.

No me apetece dejar la mochila e irme a ver la ciudad sin ella, además nunca se sabe si puedo acabar hoy en el albergue de Cizur Menor, a 3 kilómetros de Pamplona y final alternativo de la segunda etapa. De manera que exploro la ciudad con la mochila de más de diez quilos a cuestas, durante las tres horas y algo de recorrido turístico por la ciudad. Recorro el trazado del Camino, yendo por las calles Carmen, Mercaderes, San Saturnino y por la calle Mayor. La catedral no la he visto, tampoco la busco. Entonces acaba el trazado por casco antiguo, y voy por una ancha calle, junto a unos jardines con varios portales. Continuando por el Camino, paso por los jardines de la Ciudadela, y ahí lo dejo abandono, ya que continúa hacia el campus universitario, en las afueras de la ciudad, y hacia Cizur Menor. Voy a visitar dicha edificación militar. Está rodeada por unos bonitos jardines, con grandes extensiones de césped. Se entra por un puente y una puerta llamada Puerta del Socorro, que data del año 1720. Un cartel informa :

"Ciudadela: fortaleza militar mandada construir por Felipe II, trazada por el ingeniero militar Jacobo Palear "Fratín" según los más rigurosos cánones de la escuela italiana del s. XVI. En 1571 se coloca la primera piedra. En 1646 se termina la fortificación. En 1889 se derriban los baluartes de San Antón y de la Victoria. El Jefe del Estado Español por decreto de fecha 21/05/1964 cede al Ayuntamiento de Pamplona el conjunto histórico de la Ciudadela, 275840 metros cuadrados. Esta sucesión suponía aplicarle una finalidad cultural y de esparcimiento. El 23/07/1966 el Ayuntamiento tomó posesión de la Ciudadela. Hoy en día el Ayuntamiento destina la Ciudadela para encuentros culturales, zonas de esparcimiento y espacio de ocio. "

Se lo tienen bien montado los habitantes de esta ciudad, pedazo zona ajardinada para pasar la mañana, la tarde, tomar el sol, sacar a pasear al perro, correr, pasar el rato con la pareja, escuchar la radio ... Entro y subo al Baluarte de Santiago, y de él voy caminando a los demás. Me asomo a los extremos para contemplar la ciudad...
Desde el Baluarte de Santa María veo uno de los usos de la Ciudadela, es el mismo que tenía el Castillo de Montjuic de Barcelona hasta hace poco que lo prohibieron, se trata de la escalada. En el césped, unas cuantas bicicletas, y en la murallas, cinco chavalines a unos tres metros de altura en la muralla, y desplazándose en horizontal, que divertido que parece, la caída con el césped no debe de doler mucho, pero a ninguno le veo caerse. El exterior es todo césped, con gente paseando, sentada en los bancos, tumbados en el césped,... está mejor utilizada así que en su pasado militar...

Dentro de la Ciudadela hay una ermita. Salgo de la Ciudadela, y me pongo a caminar por la ciudad, sin nada claro, hasta que llego a un Carrefour, tras haber pasado por una calle muy ancha con mucha circulación, cerca de un hospital. Estoy en la otra punta de la ciudad, cuando anochece. Como aquel que dice, casi que estoy más cerca del albergue de Cizur Menor que del de Pamplona...

Vuelvo para detrás, sin saber muy bien por donde tirar. Esta vez utilizo una calle ancha con varias rotondas, con bastantes tiendas. Compro una barra de pan para la cena en una panadería, y me despisto. Es de noche, no he estado nunca en la ciudad, y no sé por donde estará el albergue, camino por intuición. Un señor me ve consultando el plano de la ciudad, es decir, perdido, y me orienta hacia la calle Mayor. Menos mal, porque estaba yendo en otra dirección perpendicular a donde en verdad tengo que ir. El viento no le deja manejar bien el mapa, y el señor , algo mayor, se enfada con él. Le doy las gracias, y prosigo con mi búsqueda del albergue.

En las proximidades del albergue, en el casco antiguo, veo a uno de los tres peregrinos que conocí en Roncesvalles, a los otros dos no les voy a ver más. Es el chico de Manresa, Anscari. Está con un peregrino canario, y con otro japonés, y me dice que ayer durmió en el albergue de Larrasoaña, como yo suponía. El pobre no va a pasar de Cizur, a tres kilómetros de aquí, por problemas físicos, mientras yo llegaré a Puente la Reina, de manera que no le volveré a ver?

A las 20:45, y siendo el último del día, como ha sucedido en las dos etapas que llevo de Camino, llego el último al albergue de peregrinos, hace casi dos horas que ha anochecido. Entro por la puerta, y la hospitalera que me dio la credencial hace dos días, no está. Ahora hay otra más joven, a la cual le extraña que llegue tan tarde. Le pago los cinco euros, me sella la credencial, y me comienza a hablar, mientras yo tengo ganas de llegar a la habitación, e irme a cenar?

Me pregunta sobre cosas de Cataluña, ya que ella suele venir a Cambrils, donde unos familiares tienen un apartamento. Le digo sitios donde puede ir. Algunos le suenan pero no ha estado, en otros ya he estado. Le recomiendo Vall de Núria, y recuerdo para mí mismo la similitud entre Roncesvalles y Vall de Núria, ambos complejos turísticos en el Pirineo con hotel, restaurante, museo, iglesia, ermita, buen paisaje, albergue y donde te cobran por todo. A Roncesvalles sólo le faltan un tren cremallera y un lago artificial?

Tengo el número 21, que somos los que vamos a dormir hoy aquí, más el hospitalero que viene a sustituir a la hospitalera que me ha recibido. Dejo el equipaje en el colchón, me han vuelto a asignar por tercera vez consecutiva el colchón superior de una litera.
Voy al comedor a cenar. El comedor es una sala no muy grande, con una mesa y sillas, la cocina está en una sala diferente. Al entrar, veo a Pedro de Bilbao, y al extelegrafista de Castellón, están cenando. Así que nos volvemos a ver las caras. Me hago un bocadillo de atún con el pan que he comprado en Pamplona, y con atún que tengo de  Badalona, aun me quedan unas cuantas latas...

Pedro me ofrece un yogurt de chocolate, tiene buena pinta, pero le digo que se lo coma él. Insiste, y finamente acepto, se lo agradezco, y yo a él le doy pan , ya que le hace falta más del que tiene, ha sido un buen trueque , los dos hemos salido beneficiados, una especie de simbiosis entre dos animales de la misma especie. Hablamos. Dice que ha ido a un centro médico a curarse las ampollas. Antes de entrar a Villava ya lo había dejado atrás, ya que tenía dolores en los pies. También me dice que perdió el saco de dormir en la primera etapa ya que lo llevaba colgando en el exterior de la mochila, y que se tiene que comprar otro. Yo me he dejado las chanclas y la toalla en Zubiri. En Los Arcos una chica me dirá que ha perdido también alguna cosa. Va a ser cuestión de crear una entidad de objetos perdidos en el Camino por peregrinos...

El señor de Castellón, de unos 60 años, escribe en la libreta del albergue con código Morse, se lo conoce muy bien porque fue telegrafista hace años. No he leído ni leeré ninguna libreta de firmas, no tengo tiempo para ello siempre ocupo la jornada completa al límite, y no me queda tiempo para ello. Estamos en la segunda planta. Son  habitaciones con literas, en la mía hay tres. Además, está el comedor, la cocina y dos o tres baños con ducha, que no tienen diferenciación por sexo. El albergue también se llama Aterpetxea...

Me asomo por la ventana de la cocina y por la del comedor, se ve la ciudad a oscuras con luces de origen artificial. Al comedor llega el chico de Manresa, con dos peregrinos que ha conocido y que me presenta, uno es de Las Palmas y el otro es de Tokio. De esa forma, conozco al canario Jorge y al japonés Shusaku. Sacan una botella de vino, y me sirven un poco, en un pequeño vaso de cerámica. Por no rechazar el detalle, lo pruebo por segunda vez, y no me gusta, pero me lo termino, es un poquito...

Más tarde aparece la peregrina canadiense en el comedor, y le ofrecen vino y se queda. La canadiense tiene unos 45 años, siempre se está riendo, y siempre tiene cara de ir algo contentilla ( bebida ). Son las diez y media de la noche, a las diez han apagado las luces, y hay una buena tertulia montada en el comedor, donde somos cuatro personas. Aparece el hospitalero, al que todavía no había visto, ya que al llegar había una hospitalera. Anscari le pregunta: ¿ ya es tarde no ?, ¿ nos tenemos que ir a dormir ... ? y el hospitalero dice: " no, os iba a decir que os podéis quedar un ratito más "...

Le dicen al hospitalero, que tome asiento, y le sirven vino. Pasado un rato, se lo termina, y le vuelve a servir vino el canario. El chico de Manresa se ha ido a dormir. El japonés y la canadiense hablan en inglés, vete a saber que dicen. El canario habla con el hospitalero, que es de  Pamplona. El canario lee la mano a la canadiense, y se van a las doce y pico de la noche, luego vuelven a aparecer y se van. En el comedor estamos sólo el hospitalero y yo, charlando. Más bien el habla, y yo escucho. Me dice que lleva desde 1997 haciendo de hospitalero . Me explica anécdotas que le han pasado. Ésta es la última noche que abre el albergue este año, lleva viniendo todas las noches desde marzo , mes en que abrió el albergue. Dice que ya deja de venir porque vienen pocos peregrinos, y que no va a venir ningún hospitalero a sustituirle. Bufff , he llegado por los pelos!!! A partir de ahora, es obligatorio llevar a Cizur Menor, o dormir en un hotel o pensión de Pamplona.

A la una de la madrugada, pese a ser a las diez el apago de las luces y a las 22:30 el silencio, nos vamos a acostar, ante mi insistencia, el quiere continuar charlando ya que es su última noche, pero yo mañana debo hacer otra etapa, y tengo que descansar. Voy a la habitación sigilosamente, y me meto directo en el saco, el cual ya he dejado preparado, sacado de la mochila y extendido, al ver que la conversación en el comedor se iba a extender hasta pasadas las diez y media, hora en que todos ya estaban durmiendo en sus camas, excepto los cuatro que hemos estado en el comedor de charla. Cierro los ojos, dando por concluida una nueva e interesante jornada caminando por la vida?

 

P.D. Te invito a visitar mi canal de Youtube Feliz Éxito aquí:  www.youtube.com/felizexito




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