Sunday 13 de September de 2009, 13:12:26

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Paseaba por una oscura callejuela, de esas tan estrechas que casi se pueden tocar ambos muros extendiendo los brazos, cuando atisbé un pequeño gato de aspecto descuidado. Pasé a su lado con sigilo; presentía que el felino representaba un peligro, sin saber por qué. Al llegar a una calle principal, bien iluminada, escuché un fuerte sonido a mis espaldas. Me volví rápidamente y me costó creer lo que vi: un feroz dinosaurio provisto de bigotes gatunos se precipitó sobre mí; de repente, me desperté.

            Poco después salí de casa, aún sudoroso, en busca de un lugar donde reflexionar sobre mi sueño. Me dirigí hacia el Pont del Petroli, una badalonesa pasarela que se adentraba en el mar, con la esperanza de encontrar algún sentido a lo sucedido. Caminé hacia el inalcanzable horizonte, con paso firme, alejándome de la orilla. Más allá sólo había agua; infinito número de gotas que albergaban multitud de formas de vida. El mar escondía como siempre sus secretos; ninguno me reveló por mucho que supliqué. Me asomé; acto seguido, salté.

            Noté como mi cuerpo fluía a través del agua, con el vaivén del suave oleaje. Ya no era un hombre, sino una medusa en armonía con el medio. Me sentía impotente al presenciar como la corriente marina me arrastraba hacia la línea de costa. Con el romper de una ola acaricié por primera vez la áspera arena. Me lastimaba intentando escapar, pero mis tentáculos no tenían la fuerza suficiente; luché inútilmente por vivir. El repetitivo movimiento de vaivén me llevó una y otra vez sobre la arena, hasta que finalmente acabé en el interior de una triste bolsa de plástico. La sujetaba un señor de unos cincuenta y cinco años; era mi padre. Animado y rodeado por una muchedumbre de bañistas, me postró sobre la arena. Me inspeccionaron con curiosidad durante eternos minutos, hasta que decidieron que sacarme de mi hábitat no era suficiente. Me depositaron en una sucia papelera, donde entre latas de refrescos y colillas morí agonizando.

11-09-09

Cuento inspirado en tres sucesos:

1) Visita al recién restaurado Pont del Petroli (www.pontdelpetroli.org), plataforma que se adentra en el mar 255 metros, donde antes descargaban los hidrocarburos de la CAMPSA, empresa ya desaparecida de Badalona. Impacta la sensación de caminar hacia el horizonte, un cielo azul, con el mar a ambos lados.

2) Después de la visita, continúo con la bicicleta por la playa, y me encuentro a mi padre intentando coger a una medusa con una bolsa de plástico, animado por viejas bañistas temerosas de sus casuales picadas. Me apeno cuando la extrae de su hábitat, la pone sobre la arena, y una vieja se la lleva a la papelera para que no la devolvamos a la vida y al mar. Decido que escribiré un relato en defensa de la dignidad de las medusas, y su derecho a la vida.

3) Tras el relato de la “Metamorfosi en el Montseny” de finales de agosto, Javier me anima a que escriba sobre un gato que se convierte en dinosaurio. Como no es muy real, no me queda más remedio que introducirlo como un sueño.

En mayo de 2011 he publicado La ruta de las estrellas, una novela ambientada en el Camino de Santiago que trata acerca de la peregrinación de una pareja de montañeros. Puedes seguir mis comentarios y los de los lectores visitando la web www.facebook.com/larutadelasestrellas  y si le das a "ME GUSTA" serás seguidor y podrás participar también. Por otro lado, la envío a domicilio por 10 euros con los portes incluidos. Si te interesa, escríbeme a larutadelasestrellas@gmail.com Otra forma de adquirirla es en la librería Altaïr de Barcelona (Gran Via 616) o en su página web. Buen Camino. 

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Enviado por Ram el Wednesday 16 de September de 2009

“Pues dio mucho de si el gato, me ha gustado.
Saludos.”