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Saturday 1 de August de 2009, 12:51:02
29 y 30-07-09 : Medacorba, Aguja de Baiau y Sanfonts (Andorra)
Tipo de Entrada: RELATO | 1 Comentarios | 5041 visitas

Travesía de dos días por el Parque Natural del Coma Pedrosa con ascenso a tres picos de más de 2860m de altitud, cercanos a los 2939m del Comapedrosa, pero a la vez mucho más solitarios, lejos de la romería que supone ascender al pico más alto de un país. El día 29 parto de Arinsal y supero unos mil metros de desnivel hasta el refugio de cazadores de Estanys Forcats. Al día siguiente intento infructuosamente ascender a la Roca Entravessada, corono el Medacorba, desciendo a los Estanys de Baiau, subo a la Portella de Baiau, desciendo al Estany Negre, corono la Aguja de Baiau y el Sanfonts, regreso cresteando hacia el refugio de Comapedrosa y de nuevo estoy en el coche.

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Esta mañana he salido de casa a las 03:50 para realizar de 06:15 a 12:00 la vía ferrata Regina (Oliana), de camino a Andorra, para así cumplir un doble sueño por el mismo precio de carburante. De camino a Arinsal he parado en el Punt de Trobada a comprar una caja metálica de galletas y tabaco para mi padre, mucho más barato que en España (el Ducados cuesta 17,95 euros en vez de 30 euros). A las 15:10 ya he pasado el túnel de Arinsal, he estacionado a mano derecha y me he puesto la mochila a la espalda con el saco de dormir, tres litros y medio de agua, comida, linterna y alguna cosa más. Desafortunadamente no creo oportuno coger ropa de abrigo (pantalón largo y sudadera) porque hace un calor increible, ni me llevo la esterilla por si en alguna cresta me doy un toque, me desequilibrio y me voy para abajo. Así que voy a dormir en dolor en el culo y mañana por la mañana voy a pasar bastante frío, pero ahora ingenuamente ni me lo imagino.

 

Me tomo el ascenso con toda la calma del mundo, no sólo porque hace un sol de infarto y voy cargado cuesta arriba, sino también porque voy sobrado de tiempo y éste juega a mi favor: cuanto más pase el tiempo, menos calor y sol hará. Así que voy haciendo frecuentes paradas en cuanto encuentro buenas sombras y en especial ante una fuente llamada Font de Moixo, donde prácticamente me ducho para deleite de mis sensaciones térmicas. Mucho más fresco, como si hubiese hecho un borrón y cuenta nueva, continúo por la pista forestal siempre en ascenso hasta las cercanías del Pla de l´Estany. He de comentar que anteriormente, en una bifurcación, te indican que si vas recto vas hacia el Estany de les Truites y el refugio guardado de Comapedrosa, y si tomas hacia la derecha vienes hacia el refugio libre de Pla de l´Estany y hacia los Estanys Forcats, aún más arriba. Desconozco si anteriormente ha habido aquí lago alguno, pero en la actualidad en el Pla de l´Estany hay una especie de charco grande.

 

El refugio Pla de l´Estany o Joan Canut está situado a 2060m de altitud en una zona llana cerrada por un circo que hay que superar para llegar a los Estanys Forcats, situados a unos 2650m de altitud. Tiene capacidad para seis personas, está limpio, tiene tres colchones y tres camas sin colchón, mesa, bancos, chimenea y leña en una habitación contigua con sierra para cortarla. En el lugar hay una pareja de Asturias con su hijita de dos años que ha llegado hasta aquí en lo alto de una de esas mochilas para bebes que viajan a espaldas de sus padres en un feliz traqueteo. El padre me comentan que llevan unos veinte días de vacaciones por el Pirineo francés y que no pueden hacer grandes ascensiones con la niña, sino más bien excursiones a lagos, circos y cosas por el estilo. Le pregunto si sabe algo del “refugio de cazadores” de Estanys Forcats pero ellos no vienen de arriba, han llegado hasta aquí y en breve regresarán a la civilización. Le comento mi situación y me dice que si fuera yo, que continuaría hasta Estanys Forcats para ganar hoy todo ese desnivel. En ese preciso momento aparecen cuatro o cinco chicos que vienen de Estanys Forcats siguiendo por error una variante del GR-11 en vez de el GR-11 auténtico que les tenía que llevar desde Estanys de Baiau al refugio de Comapedrosa, donde querían pasar la noche. Me informan de que el refugio metálico de Estanys Forcats no tiene ni camas donde dormir y me aconsejan que me quede aquí, pero la aventura es la aventura y si mañana quiero ascender a varias cumbres antes de que haga mucho sol es imprescindible que gane aún más altitud, unos seiscientos metros más.

 

El refugio de Pla de l´Estany queda atrás cada vez más pequeñito mientras poco a poco gano altura en una empinada pendiente. Descanso a la sombra de una roca mientras bebo ingentes cantidades de agua para hacer frente al extremo sol que cae sobre el caminante a estas horas. Da la sensación de que el calor no sólo viene del cielo; es como si del suelo fluyese también otro calor que te achicharra a fuego lento y que esquiva vilmente la protección que me ofrece mi sombrero. Aparecen cuatro chicas que bajan de Estanys Forcats, y que además són las últimas personas con que me voy a topar hasta la parte final de mañana, descendiendo por el camino del refugio de Comapedrosa. Me explican que regresan de ascender al Medacorba y que en la cresta hay que ir un poco hacia la izquierda. Les informo de que en la cima se juntan los tres estados: Andorra, España y Francia, algo que les parece interesante. No hay muchos lugares en los que puedas estar en tres estados a la vez, y mirando el mapa de la península se puede ver que como este punto sólo hay otro, al otro lado de Andorra, el resto son fronteras entre dos paises.

 

El ambiente se vuelve fantasmagórico con la aparición de esas nubes bajas que parecen niebla y que surcan los espacios entre montañas a gran velocidad. Me preguntan si voy a pasar la noche ahí arriba solo y creo que les parece una locura. Les digo que “la aventura es la aventura” y nos despedimos. La ausencia de prisas desaparece ante tan ostil metamorfosi del ambiente. Lo último que desearía es que me pillase ahora algún tipo de tormenta de verano a las puertas de la noche en un lugar donde nunca he estado y que por tanto desconozco. Con la incomodidad del viento que se ha desatado a estas alturas alcanzo finalmente una vieja caseta metálica, es decir, el refugio de cazadores donde voy a dormir hoy, de aspecto destartalado y viejo. Me animo a abrir la puerta y compruebo que hace unos 2 x 2 metros y que no es más que cuatro paredes y techo metálicos, y un suelo de tablones de madera un muy cómodo para dormir. Dejo la pesada mochila junto al lago e intento encontrar una misteriosa cabaña de madera que no aparece en los mapas y de la que sólo he leído en una página web, pero no hay ni rastro. Decía que había que ir al lago, mirar hacia el refugio metálico, y que quedaba a unos 80 metros a la derecha. Desconozco si existe o si es una leyenda urbana (más bien montañeril), pero lo cierto es que no veo ni rastro de ella. Asciendo a una zona alta para ver si desde allí la diviso, pero tampoco. Me planteo dormir sobre la hierba, pero a la vista del fuerte viento y de las nubes, prefiero dormir sobre la madera pero resguardado del viento y de posibles lluvias. No hace falta mencionar que entre el partir de casa a las 03:50, la vía ferrata de Oliana y el ascenso hasta aquí, no me cuesta nada quedarme dormido ya mismo, hacia las 20h, aún de día. De todas formas, en el interior de esta especie de lata de sardinas sin ventanas al cerrar la puerta cae la oscuridad en una noche artificial a la carta.

 

Despertarse en un lugar solitario a 2650m de altitud con las cumbres de bellas montañas a un tiro de piedra no sucede todos los días. Habiendo ganado ya mil metros de desnivel desde el coche ayer, ni siquiera el desnivel a la montaña más alta de Andorra llega a los 300m. Impulsado por las ganas de emprender la aventura en la siempre agradecida primera visita a un lugar, comienzo a recoger las cosas con la friolera de la noche en el cuerpo y arrepentido de haber dejado la ropa de abrigo en el coche. Una opción poco usual pero práctica por la que me decanto es no guardar el saco de dormir y echármelo encima, algo que me proporciona mucha más calor de la que me imaginaba. La clave es que hace un viento helado que el saco recibe pero mi piel no. Observo en el valle las luces del pueblo de Arinsal desde las afueras del refugio metálico, una especie de nevera a gran altura que no consume electricidad. Esta noche salí un momento y vi un impresionante cielo estrellado, el mismo que la contaminación lumínica nos ha robado en la ciudad.

 

Hacia las seis y media me encuentro rodeando los lagos por su lado izquierdo, donde me encuentro un nevero duro que no me ofrece ni seguridad ni buena pinta. Avanzo varios metros pero como no lo veo claro retrocedo, regreso al pedregal y lo rodeo subiendo por las rocas y posteriormente bajando de nuevo a la senda. A las 6:55 llego al Collado de Estanys Forcats (2743m), un punto estratégico de una variante del GR-11. Hacia abajo están los Estanys de Baiau y su refugio metálico, en la izquierda está la Roca Entravessada (2927m) y en la derecha está el Medacorba (2913m). Intento el ascenso a la agreste Roca Entravessada, la segunda montaña más alta de Andorra y a la vez poco frecuentada. Avanzo por el centro de la cresta hasta llegar a un desplome vertical sin posibilidad de seguir adelante. Es necesario retroceder casi hasta el collado y rodear el promontorio, pero dado que seguro que voy a toparme con más obstáculos y no quiero perder tanto tiempo con este pico, lo dejo estar para otra ocasión en que venga con más tiempo a por él, y me dirijo a las 7:30 a por el Medacorba, que a diferencia de este no presenta dificultades técnicas, o al menos tiene unos hitos hasta llegar a la cumbre. Mientras asciendo al mismo, veo en pequeñito a dos excursionistas que vienen de la zona de Baiau y bajan a hacia Estanys Forcats. Ellos me deben de ver en pequeñito cresteando en horizontal hacia esta cumbre sin forma de pico, sino horizontal. Lo más impresionante es cuando llegas a la cresta, que de repente al otro lado está el vacío. Aquí no se puede hacer eso del proverbio zen que dice “cuando llegues a los alto de una montaña, sigue subiendo”, porque acabarías desperdigado a pedacitos en territorio francés.

 

Hay un hito de piedra de los que hay en las cimas pero no me fío ni un pelo del mismo, y sigo cresteando en horizontal hasta una especie de palo vertical que creo que es más alto, y después en casa me parece haber acertado con la cima. El techo de Andorra tiene 26m más de altura pero sus vistas son menos bellas, además de que para nada es una cima solitaria como esta. Son las 7:50 y disfruto de las extensas vistas, incluyendo los Estanys de Baiau, las cimas de la zona, la cerca Pica d´Estats, el lejano Aneto, el territorio francés con valles repletas de nubes… Regreso por la cresta pensando si aún estará mi saco de dormir, que lo he dejado en el acceso a la misma con una gran roca encima para que no salga volando con el fuerte viento. Deshago el camino de subida, que no es sendero si no que hay que ir siguiendo los hitos que marcan la ruta ideal, y me pongo de nuevo la mochila en el collado. Desciendo a los Estanys de Baiau, ubicados en un espectacular circo formado por el Medacorba, la Roca Entravessada, el Baiau, la Aguja de Baiau, el Santfonts y el Vallpeguera. Hay un refugio metálico blanco llamado de Baiau o Josep Maria Monfort que está muy bien, con literas donde dormir alejado del suelo. Estuve aquí un sábado por la mañana a la espera de unos compañeros y por la tarde me entró una pájara de camino al Estany d´Estats, donde acampamos para atacar al día siguiente la Pica d´Estats, donde por suerte ya he subido cuatro veces (2004, 2005, 2006 y 2007).

 

En los Estanys de Baiau me lamento de que la biblioteca de Sant Adrià del Besòs estuviese de vacaciones cuando fui hace dos días a por el mapa de Andorra. Es el motivo por el cual voy a regresar a casa sin haber ascendido al Comapedrosa, pero sí al Sanfonts, por el cual he confundido con mi cutre y erróneo croquis de montañas casero. Encuentro la bifurcación del GR-11 y la variante, y para mi asombro no está indicado. Con razón hay gente que se confunde y en vez de tirar hacia la Portella de Baiau hacia el refugio de Comapedrosa, tiran hacia el Pla de l´Estany por Estats Forcats, una variante que parece lo más lógico desde el lago según la señalización de marcas blancas y rojas. Aunque aquí aún no hace sol, tampoco azota el viento, así que guardo el saco de dormir en la mochila y acometo el pedregoso ascenso a la Portella o Port de Baiau, el paso natural a Andorra. Los últimos cien o doscientos metros son psicológicamente duros porque a cada paso que das retrocedes medio en el pedregal. Desde arriba una oveja que creo perdida come hierba y provoca caída de piedras, pero arriba me doy cuenta que en el valle al que llego tiene muchas compañeras. Al ver desde el collado un lago al otro lado me quedo sorprendido porque no corresponde con mi croquis. En este punto es cuando cometo el error de confundir el Sanfonts con el Comapedrosa por su aspecto desde aquí, y porque me parece más alto. También confundo la Aguja de Baiau con el Baiau. Mirando a los Baiau y Comapedrosa reales y el collado entre ambos (del Forat dels Malhiverns) me sorprenden porque no aparecen en mi erróneo croquis y me pregunto que montañas serán, ignorando que son ellas mis objetivos que van a quedar en el tintero.

 

Desde el collado de Baiau hasta la Aguja de Baiau y el Sanfonts ahora he leído que hay unas marcas rojas que te llevan a ellos, pero en este momento no lo sé y no me parece una zona practicable por su verticalidad. Desciendo al Estany Negre y cuando ya sólo me queda la ascensión final al Comapedrosa tiro erróneamente hacia el collado entre la Aguja de Baiau (2863m) y el Sanfonts (2894m). Me cuesta bastante porque es un pedregal sin sendero, también voy retrocediendo en cada paso, y el sol ya comienza a apretar. Dejo la mochila en el collado y asciendo a la aguja del Baiau, una montaña con excelentes vistas, en especial de los Estanys de Baiau ya que cae sobre ellos. Tomos fotos de la montaña de enfrente sin saber que es el Comapedrosa, con un sendero que pierde desnivel rápidamente zigzagueando. Regreso al collado, me hidrato, cargo con la mochila y asciendo al Sanfonts y … sorpresa! Hay una montaña más alta, no estoy en el Comapedrosa. En mi croquis lo he puesto en el circo de Baiau, pero quedá detrás, por lo que tiene menos vistas. Incluso ahora me doy cuenta de que en aquella cima hay gente, mientras que en toda mi ruta no me he cruzado con nadie. Entonces me consuelo con que Javier quiere hacer el Comapedrosa, así que ya regresaré algún día con él para hacerlo. De todas formas, visto lo visto en el descenso, mejor haber venido a estas solitarias montañas sin guiris, que ya bastantes vi la semana pasada cuando hacía el GR-92 por la Costa Brava.

 

En el Sanfonts me vuelve a suceder como en el Medacorba, que cuando llego al hito de la cima me parece ver la cima en otro lugar cercano, así que llego hasta ese punto. Voy siguiendo unas marcas de pintura rojas que me llevan por la cresta hacia la zona del refugio de Comapedrosa. Realmente no sé a que lugar me van a llevar, aunque me imagino (acertadamente) que acabarán llevando al refugio. Por si acaso, llegado el momento en que me parece viable el descenso desde la cresta al valle, lo realizo después de llevar un buen rato cresteando. Después de mucho tramo por hierbas y piedra en bajada sin sendero, campo a través, empalmo con el sendero de ascenso al Comapedrosa. En ningún momento me planteo ascender a la cima aunque son las 11:45 y tengo tiempo de sobras. Por hoy ya es suficiente y quiero llegar al coche antes de que apriete el calor, pero aún falta mucho por bajar. Desde la cima del Sanfonts son 1300m de desnivel de bajada, que no están nada mal después de la vía ferrata de ayer y el itinerario de hoy. Tampoco se trata de hacer en un día todas las montañas de la zona y no tener motivo alguno para regresar otro día. Tendré que planear una futura salida en septiembre, antes de las nieves, para enlazar la Roca Entravessada y el Comapedrosa, los dos cabos que he dejado sueltos en mi travesía.

 

El descenso se hace pesado porque hace mucho sol, el cansancio se acumula en los pies que ya me duelen, y en especial por toparme con la procesión de turistas extranjeros (estamos entre semana) que suben al Comapedrosa. Hay una familia que en inglés me preguntan si queda mucho, y les digo que a la montaña sí, pero que al refugio media hora. Más abajo hay otra familia hecha polvo que también me lo pregunta. Les digo que se olviden de la cima, que al menos son tres horas más, y que al refugio tienen una hora. El señor me señala sus sandalias y me dice que no está preparado para las rocas. Dudo que lleven agua o alguna cosa y les digo que hay otros lugares para turistas, que esa montaña es la más alta de Andorra y es para montañeros. Supongo que no me entienden ni la mitad, pero gesticulo bastante, y supongo que la mímica fue el primer lenguaje antes de la aparición del habla. Como me congratulo de haber hecho la ruta que he hecho, y no he haber subido al Comapedrosa por la ruta normal, o “procesión turística al Comapedrosa”, cuya montaña escuché anunciada en la radio de camino a Arinsal en un espot publicitario del Parque Natural del Comapedrosa. Me refresco los pies en el río y me pongo el cuarto par de calcetines, el último que me queda limpio. Me recuerda a cuando hice la Matagalls – Montserrat e iba cambiándomelos durante toda la noche como recomendaban para evitar las ampollas y el tener que retirarse. Con los pies casi nuevos, resurgidos de sus cenizas, acometo el pesado descenso ya a menor altitud y por tanto con mayor temepratura y calor. Intento correr en los tramos poco empinados esquivando a las piedras del sendero con agilidad. Uno se da cuenta de que sin pensar, involuntariamente, pone el pie en el lugar correcto y no se tropieza y cae. Sin duda un instinto del pasado que ya poco utilizamos en la vida cotidiana y que quizá perdamos con el tiempo junto a los dedos del pie o las muelas del juicio. A las 13:30 llego al coche muy acalorado, menos mal que no pasé la noche en el Pla de l´Estany y seguí subiendo hasta Estanys Forcats ayer. Dos horas y media después de abrasarme en el coche llego con los brazos y el cuello quemados a Badalona, donde tendré que asimilar y saborear los proyectos realizados desde ayer y aprender de determinados errores de índole indumentario y topográfico en este proceso de mejora continua que es la vida. Atrás quedan los sueños cumplidos que abren paso a los nuevos objetivos, en este caso la Roca Entravessada y el Comapedrosa, las dos montañas más altas de Andorra, que en su día si todo va bien darán lugar a una nueva aventura.

 

P.D. Te invito a visitar mi canal de Youtube Feliz Éxito aquí:  www.youtube.com/felizexito


1 Comentarios
Enviado por María el Tuesday 18 de August de 2009

“Zodiaco, te estoy leyendo en tu camino a Santiago: sigue siendo tan fiel a ti mismo. Sigue estupendo narrando como narras. Eres de flipar. Si aprendo algo de ti, me doy con un canto en los dientes. Lo intentaré. Gracias.”


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