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Estas en ExCuRSiONiSmO RoMáNTiCo FoReVeR Archivo de Relatos October 2008 26-10-08 : Paseo Naturalista Por La Serralada De Marina
Monday 27 de October de 2008, 20:19:59
26-10-08 : Paseo naturalista por la Serralada de Marina
Tipo de Entrada: RELATO | 3556 visitas

Salida naturalista en el Parc de la Serralada de Marina, organizada por Medi Ambient del Ayuntamiento de Badalona, titulada “el poblado ibérico de Les Maleses”. Acompañados por la guía y por un guarda del parque, los inscritos en la actividad partimos del hospital de Can Ruti con la intención de subir al poblado ibérico, pasando por la Font de l´ Amigó, donde están desayunando decenas de personas. La guía, llamada Montse, es bióloga, y nos informa en numerosas paradas sobre la riqueza de la flora y fauna del parque.





Desde hace unas semanas, tengo colgada en mi habitación una hoja arrancada de la publicación “ El Tot Badalona”, donde aparece la programación de actividades de “descoberta” otoño – invierno de la Serralada de Marina, organizadas por el Ayuntamiento de Badalona y el Parc de la Serralada de Marina (Xarxa de Parcs Naturals). Por simple curiosidad, me he apuntado a la del día de hoy, que lleva el nombre de itinerario de patrimonio, en concreto el poblado ibérico de Les Maleses. Recuerdo que una vez, un 25 de diciembre en que andaba por la sierra con Droguero, divisamos una cosa a lo lejos, y al llegar al lugar nos llevamos la sorpresa de que era un poblado ibérico, llamado de Les Maleses. Regresando a su ubicación, pero por otro itinerario, puedo aprender a llegar a tan solitario lugar, al cual llegué en aquella ocasión de casualidad. Por teléfono me han dicho que debo estar a las 9:45 en la rotonda donde finaliza el recorrido los autobuses, en el hospital Germans Tries i Pujol, popularmente llamado Can Ruti, donde nacieron mis dos hermanas.

 

Una bióloga llamada Montse y un guarda del parque llegan al lugar en un 4x4 de la Diputación de Barcelona a la hora estipulada. Esperamos un cuarto de hora por si llega alguién más, tras lo cual la guía se presenta ante los once que nos hemos presentado, de un total de 30 inscritos. A Droguero le dijeron que ya no quedaban plazas, pero por lo visto siempre suele fallar mucha gente a la hora de la verdad que al no anular su plaza no da opción a que se apunten otros, pues son plazas limitadas. Nos dice que la salida tiene una duración de unas cuatro horas a ritmo de naturalista (el desnivel son unos 250m), que iremos a ritmo de naturalista, y que se trata de disfrutar del camino, no de hacer cima. Nos explicará cada sorpresa que nos vayamos encontrando, como excrementos o setas. Nos informa de que el parque, de unas tres mil hectáreas, está formado por Badalona, Santa Coloma, Montcada i Reixac, Tiana y Sant Fost, y que en los tres últimos hoy es día de caza. En Badalona y Santa Coloma la caza está prohibida. Dice que cazan jabalíes, conejos y perdices; quizá más cosas. De las 3000ha, las 900ha de Sant Fost no están protegidas (son urbanizaciones), por lo que protegidas hay 2086. Soy el único que toma notas, y llamo la atención al resto, todos de mayor edad que yo.

 

Partimos a las 10:05 de Can Ruti, en dirección a la Font de l´ Amigó, a donde parece dirigirse mucha gente. Desconozco dicha fuente porque nunca he ido por este camino. Caminamos un centenar de metros por el Torrent de l´ Amigó hasta hacer la primera parada junto a dos grandes árboles: un roble y una encina. Nos explica que el segundo tiene hojas todo el año, mientras que el roble comienza a perder las hojas cuando llega el frío, cosa que aún no ha sucedido. También tienen hojas de forma diferente, pues la encina tiene en los bordes forma de semicircunferencias. En el parque el bosque es joven porque cada año se producen conos de incendio, el 99% provocados por el hombre, por lo que la encina y el roble, que son autóctonos, no tienen tiempo de regenerarse. De manera natural, según nos cuenta, sólo se producen incendios debido a rayos o volcanes. Si hay un incendio por rayo cada quinientos años, las encinas o los robles tienen tiempo a regenerarse, pero habiendo incendios por los tendidos eléctricos, las colillas, los vídrios (efecto lupa) o intencionados, pues no hay manera. El incendio de 1994 que destruyó prácticamente toda la sierra, y que causó la muerte de un cartujano en la Cartoixa de Motalegre, parece ser que fue una colilla, pues su foco estaba en la carretera de la Roca, aunque hay quien dice que fue intencionado, por haber quizá diversos focos junto a la carretera. Antiguamente se talaban los árboles para la obtención de carbón, por lo que es un milagro que aún estén estos dos árboles centenarios en pie.

 

En el torrente hay multitud de cañas, llamadas popularmente americana, pero de origen asiático. El Ayuntamiento de Badalona las está quitando porque coloniza una tierra que no le pertenecen ya que es una invasora, no una especie autóctona, y donde crece la caña no crece nada más. Un árbol autóctono de ribera es el olmo. Tenemos uno pequeño delante, de un metro de altura quizá, y mientras toca una hoja nos dice que podemos saber que estamos ante uno porque es el único que tiene hojas asimétricas: una mitad es más ancha que la otra, y doblando la hoja vemos que no encajan las dos partes. Dejando atrás las asimétricas hojas del pequeño olmo que quizá aún viva cuando yo muera si alguien no le pega fuego, nos dirigimos a unas hojas del suelo que resultan ser “lianas” que suben en busca de luz agarrándose a otras especies, como la encina. Otra parecida, llamada “aritjol” (zarzaparrilla), presenta pinchos para agarrarse mejor. Ambas son autóctonas. El galzeran, que también es Mediterráneo, tiene unas bolitas rojas como fruto que parecen estar bajo sus hojas (parece la típica de Navidad). Pero Montse nos cuenta que aunque parezcan hojas no lo son, sino que se trata de ramas. Es así para perder menos agua (tiene menos poros que las hojas) ya que el clima Mediterráneo es seco, pero es verde y parece una hoja para así lograr realizar la fotosíntesi. Dejamos atrás la pequeña pero adaptada planta, y nos topamos con unas huellas de jabalí. Suelen tener dos pezuñas grandes, como los jamones, pero cuando hace el 4x4 también clava dos garras pequeñas y en ese caso se ven 4 marcas en vez de dos. Al llegar a la fuente hay unas cuarenta o cincuenta personas desayunando. Como hay más tranquilidad en el aparcamiento que aquí, la guía nos lleva a desayunar más arriba, al bosque de pinos, en vez de parar aquí como estaba planeado.

 

El día es muy soleado, como si fuera verano, y decido ponerme a la sombra. Degusto unos fritos Dia% mientras por la pista forestal pasan decenas y decenas de ciclistas de todas las edades. Como no he estado nunca aquí, le pregunto a Montse que a donde va la pista, y me responde que a la carretera de la Vallensana. Recoge del suelo una pluma de color azul llamativo y nos muestra en una guía de pájaros a que especie pertenece: un gaig (arrendajo). Nos cuenta que hace poco encontraron a dos toixons atropellados, y que los llevaron a la universidad para que al menos su cuerpo sirviera a la ciencia. También se encuentran atropellados erizos, zorros y otros animales. Los jabalíes comen bellotas, raíces, gusanos, invertebrados y animales muertos. Sentado en el suelo, mientras degusto los fritos, observo en el bosque a varios “cazadores con escopeta”. Le digo a Montse que “ahí hay dos cazadores” y me dice que no puede ser, que en Badalona está prohibida la caza. Al final resulta que están jugando a eso de dispararse pintura escondidos en el bosque vestidos de camuflaje, cuyo nombre es paintball. Nos comunican que en vez de subir por la pista, como hay multitud de tránsito de bicicletas, iremos por unos senderos, cosa que me va bien para aprender caminos que no se encuentran si no te acompaña alguien experimentado que te los muestre.

 

En unos matorrales vemos una araña de la familia tigre, que tiene rayas amarillas. Es una hembra, por lo que no te puede picar, mientras que el macho si lo puede hacer porque en la boca tiene algo que le sirve para llevar el semen a la hembra y entegárselo como si fuera un paquete. Tiene unas cosas blancas en la tela de araña que resulta ser su despensa de comida: son insectos que ha atrapado, y los envuelve en tela de araña. Se acerca a uno de ellos y nos dice que clava algo y absorve. En el parque hay tres tipos de pinos: el pinastre, el pinyer (piñero) y el blanco. Nos cuenta que las piñas maduran en dos años, no cada año, y que es necesario pedir un permiso porque su recolección está regulada, sino te las requisan. El paisaje comienza a tener multitud de madroños, los cuales dan el fruto y la flor a la vez. Cada flor será un madroño el año que viene. El madroño es de los pocos que no germina tal cual, que necesita ser tratado en el interior de un animal, por lo que de los madroños que caen al suelo no puede crecer ningún madroño. Para hacer germinar un madroño podemos triturarlo (simula los dientes) y ponerlo en agua y vinagre (simula el estómago), entonces ya puedes plantarlo e intentar que crezca uno, pero hay que saber la proporción adecuada de vinagre y agua. Después del madroño encontramos a una mantis religiosa de color verde, que es hembra. Cuando se aparee con un macho le cortará la cabeza para asegurarse de que no se va, y cuando acabe se lo comerá para ganar proteínas. Más tarde veremos otra pero de color marrón, y nos dice que el color puede variar de un individuo a otro, al igual que nosotros podemos ser rubios o castaños. Vemos pasar un pájaro marrón, cuyo nombre no anoto, pero en el librito vemos que el macho en negro, por lo que se trataba de una hembra. Normalmente, en los pájaros las hembras son de color marrón para camuflarse cuando incuva los huevos, mientras que los machos son de colores vistosos para marcar el territorio en busca de hembras. Hay una especie en que es al revés, y los machos son marrones porque son ellos los que incuvan los huevos, y las hembras son vistosas porque van en busca de machos.

 

Aunque soy un desastre para reconocer o diferenciar plantas o animales, la salida naturalista está siendo enriquecedora, pues aunque no recuerde como es un roble o una encina, he aprendido algunas cosas gracias a ir acompañado de una persona tan experta. El guía del parque creo que también sabe mucho. En el sendero nos topamos con la “escena de un crimen”, según comenta la guía. Hay multitud de plumas juntas, donde se han comido a algún pájaro del cual no queda rastro. Por la pluma podemos saber dos cosas: quien fue la víctima y que tipo de comensal la atacó. La víctima es un tord (tordo) porque reconoce la pluma y nos lo enseña en su guía de pájaros, mientras que sabemos que le atacó otro pájaro (rapaz) porque la pluma está intacta, ha sido arrancada por un pico como si fuese una pinza. Cuando el que ataca es un mamífero la muerde en vez de arrancarla con un pico y la pluma no está entera. Pero no podemos saber que pájaro fue. Después de hacer dos cambios de sendero desde que acabamos el desayuno, llegamos al poblado ibérico de Les Maleses, situado en Montcada i Reixac pero gestionado por Sant Fost (creo). Nos explican que el de Puig Castellar está  en Montcada pero que está gestionado por Santa Coloma. Desde aquí vemos dos poblados ibéricos (o quizá tres), y en aquella época se comunicaban entre sí mediante señales de humo, por ejemplo para informar de que se avecinaba algún enemigo. El poblado en el que estamos es del siglo III y II antes de Cristo, mientras que el de Puig Castellar es del siglo V - II antes de Cristo. En el siglo II antes de Cristo desaparecieron los poblados ibéricos por la llegada de los romanos, yéndose la gente a vivir a “ciudades”, como Badalona, que era llamada Baétulo en época romana. También se fueron a vivir en masías, pero abandonadon las cimas y colinas. Nos explica que la base es de piedra seca, que por otro lado es lo que vemos en las excavaciones, que empezaron en los años ochenta del siglo XX, por tanto no hace mucho. Aún no han acabado, pero creo que sólo trabajan quince días en verano. “Actualmente” están buscando una torre de vigía en un extremo, donde se cree que estaba, por lo que ahí la tierra se ve removida (más oscura que el resto). Las paredes eran de adobe (paja y barro), y el tejado sólo tenía una pendiente (no dos), e iban como la ladera. Tenían un régimen de oligarquía, en el que todos tenían la misma riqueza, no había unos más ricos que otros, por lo que extraña que haya una casa de sesenta metros cuadrados cuando el resto son de treinta. Se cree que era el almacén del poblado ya que en su interior se hallaron ruedas de molino. Una de ellas desapareció durante las excavaciones, y no se volvió a saber de ella. Se cree que alguién subió y la lanzó por alguna ladera, y debe estar enterrada por matorrales, porque pesa mucho como para bajarla desde aquí arriba hasta abajo. En mis pensamientos comienzo la búsqueda de la rueda de molino perdida, pudiendo estar en cualquier lugar, quizá cercano, esperando a ser descubierta. Algún día tendré que venir a investigar, pero habiendo visto las arañas y mantis religosas que hay por aquí, creo que no me meteré en ningún matorral sino que me resignaré y disfrutaré de las vistas tranquilamente.

 

Como no hay indicaciones de cómo llegar, resulta que no hay nadie en el lugar, una colina con vistas excepcionales. Vemos Collserola, el mar, Montnegre, Turó de l´Home, Matagalls, Tagamanent, Cingles de Bertí, Sant Llorenç de Munt, Montserrat, Montcada y toda la plana del Vallés, como Mollet, Granollers, Sabadell, Terrassa, La Garriga y muchas más ciudades como vistas en una maqueta, diminutas. Esto e recuerda que también hemos visto subiendo una planta llamada garriga y que creo que da nombre a una comarca. En la Llagosta cientos de coches reflejan la luz del sol. También vemos las ermitas de Sant Onofre, Sant Clement, la urbanización ilegal de 269 casas en terreno forestal y la iglesia de Sant Pere de Reixac. La visibilidad es excepcional, y con los prismáticos observo los dos edificios de Granollers cercanos a donde vive Alba. La roja fábrica de pastas Gallo y la amarilla Coty, ambas muy llamativas, se ven muy bien a simple vista, así como el circuito de Montmeló, junto a Parets del Vallès. Sería entretenido tener a mano un mapa de la provincia y jugar a reconocer poblaciones. Dentro de cada mancha hay multitud de activos habitantes ajenos a que les observo desde las alturas y la lejanía. Por un momento me imagino aquí a los íberos, con toda la plana del Vallès virgen hasta Sant Llorenç y Montserrat, sin ciudades, AP-7, C-17, líneas de tren y polígonos industriales. Debían vigilar los campos en busca de puntos sospechosos; enemigos a los que combatir en caso de necesidad desde sus amurallados poblados, en lo alto de las colinas, como donde me encuentro. ¿Qué sentiría ahora uno de ellos si viniese hasta aquí y mirase a Sant Fost, donde un cúmulo de chalets de adinerados ciudadanos cubren la ladera de una montaña? ¿Cómo reaccionaría antes los reflejos de sol que circulan por la AP-7? ¿Y ante el descampado de las obras del AVE en Montcada i Reixac? ¿podría resistir el respirar nuestra actual atmósfera enrarecida? ¿de dónde vienen esos ruidos que se escuchan desde aquí, y cómo pueden llegar desde tan abajo?

 

Nos explican que las piezas que encontraron aquí las podemos ver en el Museo de Les maleses, en la calle Mayor 32 de Montcada, junto a la casa de la Vila, mientras que lo que hallaron en Puig Castellar está en un museo de Santa Coloma llamado Torre Valldovina. Comenzamos el regreso por otro sendero diferente, de nuevo entre densa vegetación, entre ella el madroño, e intento de nuevo memorizar senderos, cosa que no podré lograr si no regreso pronto e investigo por mi cuenta. Ya sólo pienso en llegar porque se va haciendo tarde y el sol aprieta. Ante unos hongos, nos informan de que si éstos no estuvieran, ahora habría una gruesa capa de hojas y troncos, porque son los que se encargan de pudrirlos. El bosque sería muy diferente sin los hongos. De regreso, la font de l´ Amigó está prácticamente vacía. Nos explica que alguien canalizó la fuente, y entonces no podían vivir los renacuajos. También que venían unos jubilados a dar de comer a los gatos, y que esto hacía daño al ecosistema, y que nunca hay que dejar comida a los animales salvajes, como por ejemplo a los jabalíes. Hacia las dos llegamos al punto de partida y antes de despedirnos rellenamos la hoja de valoración de la salida para el Ayuntamiento de Badalona. Lo que se presentaba como una excursión movida por mi curiosidad de ver como eran estas marchas, ha acabado como me imaginaba: una caminata a un ritmo extremadamente lento, con gente mayor que yo, con numerosas paradas, aprendiendo muchas cosas, y transitando caminos que no he recorrido hasta hoy. Ahora ya sé como llegar al poblado ibérico de manera directa, pues con Droguero me topé con él de casualidad por una ruta mucho más larga. Espero volver pronto al lugar donde antes vivían algunos íberos e imaginarme como veían el mundo, y lo que debe restar oculto bajo la tierra y la vegetación del Turó de les Maleses.

 

P.D. Te invito a visitar mi canal de Youtube Feliz Éxito aquí:  www.youtube.com/felizexito




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