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Monday 22 de February de 2016, 22:32:03
20-02-16: Vía ferrata Baumes Corcades (Centelles)
Tipo de Entrada: RELATO | 2 Comentarios | 1861 visitas

Un año más, realizo la completa vía ferrata Baumes Corcades de Centelles, en esta ocasión en compañía de Jorge Romera, bloguero de www.asquerosamentesano.com Dos chicas de Olot y un estudio de Psicología y el Deporte en la variante de l´Esperó son la nota de color de la jornada.

 

Pasan cinco minutos de las once, la hora de encuentro, cuando llego al estacionamiento de la vía ferrata Baumes Corcades, situado a las afueras de Centelles, próximo a una casa de colonias y a un camping. Reconozco a Jorge por la foto de su blog y la que me llega de Gmail cada vez que me escribe. Contactó conmigo hará cosa de un mes para que le enviara a Barcelona un par de ejemplares de La ruta de la estrellas, mi novela ambientada en el Camino de Santiago y, dado que me comentó que era montañero y que hacía vías ferratas, quedamos para venir hoy aquí juntos y conocernos. Por aquello del autobombo, destacar que en su Facebook puede leerse que "La ruta de las estrellas" es una novela ambientada en el Camino de Santiago. Acabo de leerla y se la recomiendo a cualquiera que le guste caminar, la naturaleza o simplemente reflexionar sobre nuestro paso por este mundo. Merece la pena leerla.

 

Tras hablar un poco sobre nuestros respectivos coches –mi Opel Kadett murió y ahora tengo uno nuevo– partimos con nuestro kit en la mochila hacia el pie de la vía. Conversando sobre nuestra semejante manera de observar e interpretar el mundo, así como sobre nuestras inquietudes literarias y blogueras –acabo de iniciar www.felizexito.com –, alcanzamos la base del primer espolón rocoso. Un numeroso grupo, novatos incluidos, nos antecede, así que nos equipamos e iniciamos los primeros pasos sin prisa alguna. Dos chicas de Olot que hoy realizan su primera vía ferrata nos siguen de cerca, desprovistas de uno de los elementos de seguridad: el casco. Parece ser que Mariana, rubia, ha venido medio engañada por su amiga, morena. No me imaginaba algo así –nos confiesa sorprendida y algo asustada.

 

Un argentino del grupo que nos precede, de unos ocho o diez componentes –no vemos a los primeros–, nos comenta que al salir del primer espolón rocoso, nos dejarán adelantarlos. Así las cosas, justo al poner los pies sobre el suelo, tras tomarle una foto a Jorge apareciendo del aparente subsuelo con el paisaje al fondo, le recomiendo a las dos chicas que nos siguen que, en los cinco minutos de caminata que hay hasta llegar al segundo tramo, intenten adelantar al grupo numeroso si quieren ahorrarse una hora y media de cola en el puente. Por delante tenemos vía libre, no hay ni cristo; no sé si por la hora o por el frío. Si bien la temperatura es baja, se está de muerte: el día es soleado, en movimiento se está bien y, además, la compañía es grata.

 

En el desvío al puente, les comento a ambas chicas que si siguen recto pueden evitarlo pero deciden seguirnos. Jorge les recalca que con sus 65-70metros, se trata del puente nepalí más largo de Europa. Al alcanzarlo, Mariana, de nuevo sorprendida, exclama: ¿eso es el puente? Pensé que sería un puente normal, no un cable. Otro día, antes de venir infórmate para que no te engañen –le aconsejo, aunque según su amiga, la morena –desconozco su nombre–, ya había visto alguna foto. Jorge me comenta que tiene el récord en diez minutos. Lo pasa ágil. Le inmortalizo con una pequeña grabación para mi blog, pues además de lector de La ruta de las estrellas es seguidor de www.felizexito.com y justo ayer publiqué una entrada sobre las trece virtudes de Benjamin Franklin, incluida la templanza que está mostrando para no dejarse llevar por el miedo. Su tiempo es de ocho minutos. ¡Nueva marca personal!

 

Como yo ya lo tengo bastante por la mano y me sé el truco de ir echado hacia atrás además de, en mi caso, fijar la mirada en el campanario de la iglesia de Centelles y olvidarme de la altura –me da miedo–, lo que llevo o lo que me queda, paro el cronómetro en los cuatro minutos. ¡Sí que has tardado poco! –exclama sorprendido. Resulta que al otro lado del puente se ha dejado uno de los guantes, así que le gritamos a Mariana para que nos lo acerque y esperamos a que llegue. Como su amiga no le toma fotos, le echo un par con los Pirineos nevados al fondo. ¿Me has hecho fotos, verdad? ¡Qué ilusión! –me dice ilusionada. Pásame tu correo y te las envío. Cuando uno hace algo así, al menos ha de tener alguna foto de recuerdo y para poder enseñar lo que ha hecho. Como no sabe la contraseña del móvil de su amiga, que porta ella, le tomamos también algunas fotos. A decir verdad, creo que el correo no está bien anotado y no le van a llegar, pero esto aún no lo sé.

 

Durante el kilométrico flanqueo las dejamos atrás. Jorge ya les ha comentado que hay una bifurcación en la que, si tiras hacia abajo, vas hacia las variantes de La Tosquera y l´Esperó. Como algún gracioso ha arrancado el cartel indicador, Jorge coloca uno de sus guantes con el índice señalando hacia abajo para que lo vean cuando lleguen. No pasa nada, tengo muchos –se justifica. Nosotros seguimos hablando de nuestras inquietudes y de nuestra manera de ver el mundo. La visión –y el blog– de Jorge es ácida, irreverente y sarcástica. Según su blog, www.asquerosamentesano.com  A ver... no fumo, no bebo, no me gusta comer, odio el fútbol. Hasta aquí todo normal. Ah, sí, también vivo con mi madre y tengo un perro. Nunca terminé la carrera de (ahhhhhh) Filosofía (perdón por el bostezo) y padezco de ergofobia. Soy un poco narcisista (lo justo para no tener barriga) y lo suficientemente irónico como para que nunca sepas cuándo estoy hablando en serio. Por cierto, he publicado una novelucha titulada "Asquerosamente sano". Es ácida, irreverente y sarcástica. No, yo no se la regalaría a tus hijos. Está en Queimada Ediciones y no es fácil de encontrar (si quieres algo fácil de encontrar, prueba con las memorias de Belén Esteban). Te dejo mi correo electrónico por si quieres hacerte con los derechos de mi novela para llevarla a la gran pantalla.

 

Al llegar al pie de l´Esperó, un chico nos informa de que está realizando un estudio sobre Psicología. ¡Ni que les hubieran avisado de que veníamos! Ah vale, no se trata de evaluar nuestra cordura, sino que es un estudio de final de carrera de él y una chica que también nos entrevistará a la salida de l´Esperó, un tramo de dificultad K4-K5 según http://deandar.com/ferratas/via-ferrata-baumes-corcades  , sobre Psicología y el Deporte de la Universidad Autónoma de Barcelona. Es algo así como relacionar lo que te gusta la actividad y la percepción de riesgo que sientes; es de suponer que esta disminuirá conforme mejor lo pases –o eso quieren dilucidar–. También tienen una segunda hipótesis pero esta no me queda tan clara. Le informo de que el pasado octubre comencé la carrera de Psicología y parece gustarle que siga sus pasos, incluso llama a la de arriba para comentárselo. Está bien pensado pedirle a la gente que te rellene la encuesta aquí: en plena ciudad debe de ser bastante más complicado conseguir voluntarios para cualquier estudio. Del 1 al 9, ¿en qué grado te sientes capaz de superar el tramo por ti mismo? –me pregunta. Pues un 9, si no no me metería –le respondo. ¿Cuántas actividades de riesgo has realizado? –sigue. No sé, pon 30 –estimo. Del 1 al 9, ¿cuánto vas a disfrutar realizando este tramo? –prosigue. Pues un tres: me dan miedo las alturas –añado. ¡Hay que tener valor entonces!– me comenta sorprendido. ¡Mucha suerte con el estudio!

 

Arriba Jorge se pelea con el desplome que hay tras un paso en el que falta una grapa. Por lo que me cuenta, ha intentado en más de una ocasión superarlo sin hacer trampas, es decir, sin apoyarse el cable de vida, pero hoy tampoco ha podido aunque, según afirma, hoy lo ha usado menos. ¡A ver a la próxima! Yo voy directo a meter la bota sobre el hierro que sujeta el cable de vida, y aun así me cuesta. Diría que en esta vía ferrata uno se va quedando sin fuerza de brazos a medida que pasan las horas. Un flanqueo con bastantes grapas faltantes y en el que se va ligeramente echado hacia atrás y con un importante patio debajo –esto último me amedrenta sobremanera– sigue mermando mis fuerzas. Para dejar atrás l´Esperó, nos queda un último desplome en el que incluso me agarro a unas raíces, cual Canal dels Micos de Montserrat. Arriba Jorge ya está acabando de ser entrevistado por la compañera del chico de abajo; ahora es mi turno.

 

¿Participas en el estudio? –me pregunta. - le respondo enseñándole el símbolo de espuma que nos han enganchado en el casco para identificarnos. Del 1 al 9, ¿te verías capaz de realizar el tramo sin alguna de las medidas de seguridad? –me pregunta. Un uno –contesto. ¿Te has sentido seguro durante la actividad? –sigue. Un tres. Me dan miedo las alturas –puntualizo. Los ojos le salen casi de las órbitas. Del 1 al 9, ¿volverás a repetirlo en el futuro? –vuelve a preguntarme–. Un 9. Mientras lo hago lo paso mal, pero luego estoy satisfecho de haberlo conseguido –le aclaro. ¿Quieres participar a través del correo electrónico en la tercera fase del estudio? –finaliza. Sí. Me interesan las conclusiones. Ya me ha comentado tu compañero lo del estudio del año pasado en el puente nepalí, cronometrando los tiempos de paso y contrastándolos con la sensación subjetiva del paso del tiempo de los ferrateros. Por cierto, que tengáis suerte, a ver si encontráis trabajo, la cosa está bastante mal –me despido. ¡Gracias!

 

Atrás la dejamos sonriente, feliz. Le comento a Jorge la suerte que tiene. ¿Te has fijado en Barcelona, en el Metro, la cara que lleva la gente? Todos parecen estar amargados. Me confirma que no estoy loco, que se ha percatado de lo mismo. ¿Te parece normal el tema de las escapadas, que uno tenga que escapar de su propia vida? ¿Qué vida es esa? Conversando de esta guisa dejamos atrás el segundo tramo y encaramos el tercero y último de la vía ferrata, ya en las inmediaciones de la cima del Turó de Puigsagordi (986m), donde finaliza el recorrido. Son dos desplomes potentes. El primero es más espectacular y va seguido de una escalera. El segundo, en cambio, no parece tan malo, pero lo afrontas más extenuado y quizá con menos exigencia propia. Sea como fuere, acaba costándome más este último. Al salir, coloco mi cámara sobre el casco y nos tomamos una foto con Centelles al fondo –es la foto que acompaña al relato–. Un último rellano con unas pocas grapas y la cima es nuestra. Son las dos. Con la cámara en el oratorio nos volvemos a retratar. Descansamos cinco minutos para tomarnos un zumo y unas galletas, y para abajo por la carretera. El sendero ya hace tiempo que está clausurado. Un coche de cazadores nos adelanta arrastrando el cuerpo sin vida de un jabalí atado detrás. Como hacían en la Edad Media con las personas –observo. A Jorge, defensor de los animales, se le pone mal cuerpo. ¿Viste ayer el vídeo de unos que matan a un delfín al sacarlo del agua para hacerse selfies? –le pregunto. Parte de la sociedad está fatal. ¿Qué habrá sido de las chicas? –me pregunta. Tranquilo, que tu guante estará en mi capó –auguro–. Y así es: al llegar, me lo encuentro sobre el capó. Estaban aparcadas justo delante de mí y me vieron al llegar. Jorge alucina. Te lo dije :-)

 

P.D. Te invito a visitar mi canal de Youtube Feliz Éxito aquí:  www.youtube.com/felizexito


2 Comentarios
Enviado por Jorge el Tuesday 23 de February de 2016

“Una crónica fidedigna, doy fe. Tienes una memoria prodigiosa. Mejor que llevar la Go-Pro en el casco.”
Enviado por Zodiaco el Wednesday 24 de February de 2016

“Hola Jorge, me alegra que te haya gustado. Ya mismo a por el Moro de Montserrat :-)”


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