En compañÃa de Alba subo hasta Castellterçol desde Sant Feliu de Codines pasando por el Serrat de la Galaieta, el Coll y Serrat de Berenguer, el Collet de les Termes, el Coll de Matafaluga, la ermita de Sant Julià d´Úixols y el castillo de Sant Miquel. En total 14km y 3,5 horas de recorrido a través del bosque mediterráneo, envueltos de naturaleza y alejados de la civilización. Tan sólo nos cruzamos con un ciclista y un motorista en más de doce mil segundos…
Son las 9:25 de la mañana cuando inicio con Alba la duodécima y penúltima excursión del año sin tener muy claro si llegaremos a Castellterçol pues no tenemos a mano ningún mapa. No obstante, siempre podemos retroceder así que no nos importa mucho. Si bien la dirección a seguir es clara, hacia el norte y un poco también hacia el oeste, nos vamos a encontrar numerosas pistas forestales por lo que lo ideal es llevar la ruta en el GPS o teléfono móvil.
A través del barrio de Santo Domingo, siempre en subida, llegamos hasta la Creu de Terme, con vistas a gran parte del pueblo y a la Serralada Litoral. En la llanura del Vallès se aprecian las ciudades cubiertas de una espesa niebla: Granollers, Montornés, etc. En cambio, aquí arriba, aunque hay nubes, da bastante el sol, cosa que se agradece en esta época del año.
A través de una pista forestal, pasamos junto a unas instalaciones de ganado con vistas a los Cingles de Gallifa y a la altura del Bosc de Can Bosc enlazamos con la Ronda Codinenca, sendero de pequeño recorrido señalizado como tal, esto es, com marcas de pintura de color blanco y amarillo. Siguiéndolas, subimos el Serrat de la Galaieta, en el que se halla un poblado ibérico, y alcanzamos el Collet del Berenguer.
Un kilómetro más adelante, en el Collet de les Termes, enlazamos con el GR-177 y siguiendo las marcas blancas y rojas, en este laberinto de pistas forestales que surcan los entresijos de esta maraña de bosques mediterráneos. Pasado un amplio collado, cruce de caminos, de nombre Coll de Matafaluga, vislumbramos una ermita románica del siglo X situada a 894m de altura, Sant Julià d'Úixols.
La parte abierta está en ruinas. Desde su interior observamos la torre del campanario por dentro, sin escaleras para poder ascender. A través de una ventana de piedra pequeña, se observa el verde paisaje, ¡qué imagen más bucólica! También hay un gran agujero en la pared a través del cual también se ve toda la masa arbórea que nos rodea. En el exterior, Alba me fotografía junto al oratorio restaurado en 2015.
Tras un breve descanso en un fotogénico prado situado junto a la ermita y su cementerio, tomamos rumbo a Castellterçol, todo de bajada. Pero en vez de tomar la ancha pista, seguimos un sendero hacia el norte que no está marcado como GR. Acabamos saliendo a otra pista pero, por instinto, retrocedemos y acabamos empalmando con la original en vez de alejarnos. ¡Menos mal!
De nuevo en la senda correcta, pasada una masía en la que un cánido nos ladra, acabamos llegando a la ermita de Sant Miquel, románica del siglo XII, situada junto al castillo de Sant Miquel, ambos declarados monumentos de interés cultural en 1949. En este segundo, ahora alojamiento de turismo rural, nos asomamos por una ventana a su patio, también queda fotogénico.
Ambos están emplazados a las afueras del pueblo cuyo castillo le da nombre, Castellterçol. Tomamos unas fotos a los viveros que acompañan a la fortaleza y nos dirigimos al núcleo urbano. Antes de tomar el autobús de regreso a Sant Feliu, de la compañía Sagalès, comemos en el bar restaurante El Xup, situado justo al lado de la parada. El menú diario nos cuesta 8,5€ con postre, pan, agua y vino. Tortellini con salsa de cep, arroz montés, cabeza de lomo guisada con setas, crema catalana y una magnífica manera de dar por concluida una excursión: helado de chocolate…
En 2017 estoy impulsando mi canal de Youtube, en verano ya seremos mil suscriptores. Si deseas visitarlo clica aquí: http://www.youtube.com/felizexito Un saludo :-)