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Wednesday 28 de September de 2011, 19:01:07
24-09-11 : Aguacero en el Puigsacalm
Tipo de Entrada: RELATO | 1 Comentarios | 2250 visitas

Intento de ascensión al Puigsacalm desde la Vall d´en Bas abortado por una repentina tromba de agua que se inicia cuando desayunamos en la cumbre del Puig dels Llops (1486m). Tras haber ascendido por la Canal Fosca o Nova, Javier (Pratenc), Jordi, Cris, Florenci, Félix (Narhinan), Begonya, Julio, Manuel y yo tomamos un sendero bastante largo que, tras un rodeo por la capilla de la Mare de Déu de les Olletes, nos llevará de nuevo a Joanetes, quedando atrás en el tintero tanto el Puigsacalm como el Camí del Pas dels Burros y la Canal dels Ganxos. Tanto tiempo planeándola y va la meteo y nos la juega, ¡snifff!

 

 

Después de toda la semana madrugando, ya no viene de levantarse temprano el sábado. A las cinco y algo tomo la Línea 10 del Metro y tras un trasbordo llego a la estación de tren de Sant Andreu Arenal. Multitud de juventud ebria queda atrás. En principio a las seis y media Manuel nos va a recoger a Maite y a mí, pero ante la ausencia de esta, a las 6:39 Manuel la telefonea. ¡Vaya, está durmiendo! Por lo visto, se ha equivocado de fecha y pensaba que la excursión era mañana. Así pues, nos alejamos de la gran ciudad sin ella. Manuel está algo preocupado por las gotas que impactan contra el parabrisas. Pronto tales lágrimas celestes dejan de existir, o al menos no son ya percibibles, y los kilómetros se suceden con gran celeridad por la C-17, donde esta madrugada ha fallecido un joven a la altura de Centelles. Al pasar por tal población la ferrata Baumes Corcades no es visible, pues aún no ha amanecido, pero a la vuelta sí se la mostraré a Manuel, aún sin experiencia en el arte de la progresión en vías ferratas. No es que se vislumbren las grapas o el puente tibetano de cuarenta metros, pero es bien visible el espolón del primer tramo, el kilómétrico flanqueo del segundo y los extraplomos del tercero, así como la banderita en la cumbre del Puigsagordi, punto final del transitado itinerario.

 

Las ocho es una buena hora de encuentro, más aún teniendo en cuenta que apenas acaba de amanecer y que Joanetes, pequeño pueblo de la Vall d´en Bas, en La Garrotxa, dista más de cien kilómetros de nuestros lugares de cotidiano recogimiento, es decir, de nuestro hogar. En tal lugar me llevo la grata sorpresa de ver viejas caras conocidas, como la de Félix, la de Jordi y la de Cris, a los que no veo desde hace unos cuantos años, diría que concretamente desde nuestra ascensión a la Pica d´Estats con Enric y Encarna haciendo noche en el refugio de Baborte, primera y única vez en que he utilizado los famosos “walkie talkies” del Lidl. Por aquella época era bastante más inquieto montañeramente hablando, y mientras la mayoría descansaba de cara a los tresmiles que coronaríamos al día siguiente, yo me fui con Jordi y Cris y uno de los “walkies” hacia no recuerdo qué pico –Jordi sí conoce el nombre–. Y sí, tenían un alcance de varios kilómetros.

 

También hay rostros que me son más recientes. Me refiero a Julio, al que conocí haciendo el Camino de Santiago, a Manuel, al que conocí en la Miranda de Sant Jeroni, el punto culminante de la montaña de Montserrat, a Javier, mi primer contacto en MadTeam junto a Jordi y Cris, y a Florenci, el que da nombre a la Unió Excursionista Florenci, aquella que lleva por lema “camina y revienta” y cuyo escudo, que incluye al Correcaminos de la Warner Bros, hace referencia a la media de velocidad de las excursiones que organizan: unos seis kilómetros por hora, cuestas incluidas. Por lo visto, según me ha contado Javier alguna vez, cuando para para tomar alguna foto, tiene que hacer un pequeño sprint para volver a unirse al resto, entre los que destaca Florenci, el hombre que siempre ataja por el camino más corto, y por ende, vertical, por Javier apodado “hombrelluvia” a causa de la relación entre precipitaciones y su presencia en el grupo. Hoy no será una excepción.

 

Con todas esas caras y rostros, y uno nuevo, el de Begonya, mujer de Félix, me dirijo en su compañía hacia la Canal Nova o Fosca, una de las dos rutas directas para atacar al Puigsacalm desde aquí. La otra es la Canal dels Ganxos, por la que en principio está previsto regresar tras haber enlazado varias cumbres y haber recorrido el Camí del Pas dels Burros. En un primer momento caminamos por el bosque, siempre en subida, pero pronto llegamos a un claro en el que coronamos una cima que no lo parece. Jordi me informa de que porta una botella de litro y medio de Coca Cola, así que no me separo mucho de él. Aunque no lo he comentado, tiene asignadas las labores de guía, además de contenernos a Florenci y a mí, que vamos tras sus pasos. Si bien con el “rainman” o conmigo en cabeza el grupo se estiraría, no a todos le iría mal: Félix demanda mayor ritmo. Resulta que cuando llega algún resalte, vamos tan cerca los unos de los otros, que se forman verdaderas retenciones que te frenan el ritmo, y de ahí su demanda. Para otros, en cambio, ya vamos bastante rápidos. Me refiero, por ejemplo, a Begonya o Manuel. Este último es la primera vez que coincide con todos excepto conmigo y con Julio, por lo que está muy sorprendido por lo que “tiran” todos. De todas formas, lo resiste bien y puede seguir el ritmo en todo momento.

 

Ascender, ascender y ascender. Es lo que tiene una excursión de unos mil metros de desnivel positivo en tan corta distancia. Las calores aprietan, y eso que el cielo está totalmente cubierto de un manto gris. Ese es uno de los motivos de ir a por faena, sin dejar hueco a la pereza, los descansos y pecados afines. El otro es que Félix y Begonya tienen que estar pronto abajo. El paso veloz, en cambio, no quita que el ambiente sea lúdicofestivo, como todo reencuentro se merece. Javier, experto en poner sobre la mesa detalles de experiencias pasadas, se harta de nombrar cosas que he hecho en la montaña en tiempos pretéritos y que ya no hago. “Por aquella época era otro, ahora no soy el mismo”, le digo. Tiene especial predilección por los diferentes acompañantes que he ido encontrando a lo largo del tiempo, en especial por un peluquero que buscaba gente para salir al campo en el Segundamano y que nos acompañó al Bastiments. También le gusta mucho acordarse de cuando a la Pica d´Estats me llevaba Cacaolats de un litro, galletas de chocolate gigantes del Lidl y cosas por el estilo, y sobre todo, cuando me entró una pájara y tuvieron que llevarme el último tramo la mochila hasta el Estany d´Estats con tal cargamento. Jordi le sigue el juego y ríe y ríe, lo que me provoca y le hago varias bromas de camino a la canal equipada, como asustarlo apareciendo de la vegetación a su paso. Encima que le ahorro los 44 euros de la entrada al Halloween de PortAventura…

 

Unos la llaman Canal Fosca. Otros, Nova, aunque de nueva no tiene nada. Estamos hablando de una de las primeras canales equipadas, con una historia de medio siglo. Su baja dificultad la convierte en un interesante itinerario de ascenso al Puigsacalm, bastate solitario en comparación con la masificada ruta normal que ataca a la conocida cumbre desde el Coll de Bracons. La acometemos una vez pasada una roca llamada “El Barret”, en la que a mano izquierda, tras un flanqueo, se alcanza la Canal dels Ganxos. En un primer momento es un torrente seco –dentro de un rato no– por el que el avance es cómodo. Se trata de ir subiendo como buenamente se pueda, por aquí o por allá, intentando esquivar las piedras de mayor tamaño. Pronto llega un paso interesante con una pasarela seguida de unas grapas como las que hay en las vías ferratas que ayudan a superar un pequeño tramo vertical en el que, al no estar asegurados, es imprescindible extremar las precauciones, pues la caída es de unos diez o quince metros. Arriba, en un árbol, hay una cinta desde la que supongo que se asegura a gente inexperta y que algunos quizá utilicen como instalación de rápel para sortear este obstáculo en sentido descendente. Pasado este lugar, la canal se estrecha y tiene un gran parecido con una canal típica de Montserrat. A mano derecha hay un pequeño desvío que te lleva a una pequeña campana colgada en el vacío que se hace sonar, supongo que para proveerse de suerte para el año en curso o el venidero. Como hay que acceder de uno en uno, Julio, Manuel y yo nos quedamos algo descolgados del resto.

 

Llegado a un pequeño collado, diríase que la canal ya ha acabado. A mano izquierda se sigue subiendo, pero yo tomo a la derecha para coronar una roca que tiene una caída vertical de varios centenares de metros. Al poco rato enlazo con Manuel y pronto nos reagrupamos con el resto en unos prados en los que se encuentran, entre otros, una ermita refugio llamada Santa Magdalena del Mont, unas antenas de telecomunicaciones, una gran estrella de Navidad que se ilumina por tales fechas, y la cumbre del Puig Corneli, a la cual nos dirigimos. Una vez coronada, bajamos hasta las inmediaciones del Coll de Joanetes y Jordi nos señala el lugar en el que nace la Canal dels Ganxos “por si luego hay una estampida”, palabras textuales suyas. El cielo continúa completamente formado por densa niebla que por suerte no acaba de alcanzar tierra firme. Unos tres cuartos de hora de ascenso nos separan desde el collado hasta la cima. El cartel indica media hora pero Jordi, que ha estado últimamente por aquí en cinco ocasiones –se nota que vive cerca–, nos informa de que es algo más. Sigo sin separarme mucho de él; aún no ha sacado la Coca Cola.

 

La ruta, desde el collado, es por terreno boscoso y en gran medida por un sendero nada agradable de recorrer, lleno de piedras a esquivar como si fuera un torrente seco. Pasamos junto a formaciones rocosas lisas que parecen toboganes delparque acuático Isla Fantasía pero carentes de agua, aunque esto último pronto será cosa del pasado. Tras un evidente cambio de sentido enfilamos la última rampa, que nos deja ante el estrecho acceso, como de cordal, que nos separa de la cercanísima cumbre del Puig dels Llops, vecina al Puigsacalm y distante unos diez o quince minutos de su célebre vecino. En un par de minutos la coronamos. La niebla no nos permite ver al famoso vecino de esta, ni disfrutar de las espléndidas vistas que desde aquí se tienen en un día despejado, por ejemplo de la Vall d´en Bas y de algunos volcanes cercanos, como el Montsacopa, en plena ciudad de Olot. Cojo la libreta del buzón metálico que hay junto a una bandera y pienso qué escribir, pero en ese momento comienza a llover. Ante el asombro de Javier, extraigo el paraguas, y protegido de la lluvia continúo escribiendo. Él cree que es el mismo que llevé al Carlit hace años, más que nada por lo destartalado que está, pero le aseguro que no. A todo esto, Manuel saca el suyo. El resto, lo único que tiene es el chubasquero, aunque todos vamos a llegar a  abajo calados hasta los huesos.

 

Tras cinco minutos pensándo qué escribir –sí, es el síndrome del folio en blanco–, anoto algo parecido a lo siguiente: “En el día de hoy hemos llegado hasta aquí Julio, Manuel, Javier, Florenci, Jordi, Cris, Félix y Begonya siguiendo el halo de luz que desprende Jordi con su caminar, sin alejarnos mucho de la Coca Cola que porta. Lo bueno de hoy no son las vistas, pues está nublado, sino la compañía”. Javier comenta que si he tardado tanto en escribir esas líneas, no le extraña que haya empleado cinco años para completar mi novela. Una vez dejada la libreta en el buzón, Jordi no puede contener su curiosidad y hace una lectura solemne de mi escrito en voz alta, supongo que conteniendo la risa. Lo que no esconde es la Coca Cola y los vasos de plástico desechables, que se unen a los fritos que me ofrece Julio y a las patatas fritas que he portado yo. En un principio, como íbamos a quedar sólo Jordi, Cris, Javier y yo, tenía pensado traer cosas de mayor entidad, pero alimentar a nueve bocas habría resultado muy pesado para mi espalda. Eso sí, quedo “in situ” con Julio y con Manuel para ir al Pedraforca el sábado 15 de octubre y le comento al resto que, si se vienen, esta vez la Coca Cola la portaré yo, pero que para mantener la fama que ostento o me atribuyen, será de marca Lidl. Resulta poco probable que alguien se la juegue en la Canal de Verdet por tal líquido de marca blanca, pero cosas más sorprendentes se han visto y se verán; concretamente dentro de tres semanas.

 

De los primeros truenos a vernos inmersos en un diluvio no pasan más de dos minutos. Abandonamos la expuesta cima y nos introducimos en el bosque ya completamente empapados y a dos horas del coche. Félix no aparece y lo esperamos; se está poniendo el chubasquero. Bajando a toda velocida por el bosque los rayos nos rozan y le comento a Manuel que quizá no es buena idea ir con el paraguas abierto. Los truenos son ensordecedores, pero lo que me da miedo y constituye un peligro real son las corrientes eléctricas que los preceden y de las que me atemora el hecho de que en cualquier momento me fulminen. Manuel me comenta que nunca le había llovido tanto. Él y yo somos los que cerramos el grupo, que esta vez sí está estirado y avanza a una gran velocidad. El sendero se ha convertido en un torrente por el que circula el agua y cada roca es un posible resbalón y descalabro, de ahí que intente ir con precaución pero sin quedarme muy descolgado de los que van delante. Julio hace de puente entre los seis primeros y nosotros y a menudo lo vemos esperándonos. Para entonces Manuel ya ha guardado su paraguas y yo lo mantengo por temas psicológicos, pues sin duda no me ofrece protección real alguna ya que estoy totalmente calado. Ni que decir tiene la brusca bajada de la temperatura y la gran sensación de frío, en especial en las manos, que las tengo heladas. Menos mal que me he traído un polar en la mochila…

 

Jordi, que hace de guía, lógicamente descarta tanto la Canal dels Ganxos como la Canal Fosca o Nova, pues ambas deben de ser ahora mismo cascadas. La única opción para regresar a Joanetes pasa por bajar hasta la capilla de la Mare de Deu de les Olletes y allí decidir si bajar hasta el pueblo de Sant Privat d´en Bas, desde el que hay unos seis kilómetros de carretera hasta Joanetes, o tomar un sendero que nadie conoce y que rodea la montaña hasta Joanetes. Este último aparece en el mapa que porta Félix, bastante antiguo, y sin saber cómo estará optamos por él, pues lo de la carretera se antoja bastante peligroso con este aguacero y sin prendas reflectantes, además de que podría ser una tortura psicológica de cuidado. La senda resulta ser buena, incluso en algún tramo es pista forestal, y poco a poco salimos de la zona de peligro; la lluvia se torna no torrencial pero seguimos igual de calados y algunos tiritando de frío. Es un regreso que se hace largo, muy largo. Uno ya sólo desea llegar al coche; bueno, más bien a casa y secarse. La lluvia pasa a llovizna y nos acompaña hasta el pueblo, al que llegamos a las 12:50 tras casi cinco horas de excursión y un desnivel positivo de 960 metros según la fuente de Javier –su GPS–. Tantos meses intentando encontrar una fecha que nos fuera bien a todos, preparando la salida, y va la maldita tormenta y nos la pasa por agua. Pero bueno, no siempre se puede tener suerte; ya habrá otra ocasión en la que lo podamos pasar mejor, quizá en el Pedraforca, si es que se animan a venir. Hay montaña para rato…espero.

 

Si te interesa, el relato de Javier (Pratenc) es más divertido:

 

http://jamani73.blogspot.com/2011/09/puig-dels-llops.html

 

 

P.D. Te invito a visitar mi canal de Youtube Feliz Éxito aquí:  www.youtube.com/felizexito


1 Comentarios
Enviado por Nemhinan el Friday 30 de September de 2011

“Ha sigut un plaer compartir amb vosaltres aquesta sortida, tot i la pluja m'ho vaig passar molt bé ... però que carai! amb la pluja també, menys les estones dels llamps, eh!?Moltes gràcies pel teu relat, és motl bo i divertit!! Tant amb el teu com el de Javier he rigut molt.”


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