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Estas en ExCuRSiONiSmO RoMáNTiCo FoReVeR Archivo de Relatos September 2008 28-09-08: Bicicletada Contra El Cambio Climático
Tuesday 30 de September de 2008, 00:10:27
28-09-08: Bicicletada contra el cambio climático
Tipo de Entrada: RELATO | 2008 visitas

Dentro de las actividades de la Semana de la Movilidad Sostenible y Segura se incluye la “pedalada contra el canvi climàtic”. Con un inicio en Montigalà, se introduce en Santa Coloma y Sant Adrià antes de regresar a Badalona y finalizar en su paseo marítimo, donde llegamos unos 750 participantes sobre las 14h de un espléndido domingo de radiante sol.

 

Son las once de la mañana cuando llego con la bicicleta al parque de Montigalà, donde tendrá lugar la salida de la bicicletada popular, esta vez con el lema de pedalear contra el cambio climático. El sol pega con fuerza mientras espero en la interminable hilera de bicicletas que hace cola en los alrededores del arco de salida, donde uno a uno vamos recibiendo una camiseta conmemorativa. También están repartiendo una especie de matrícula en la que se firma de manera simbólica contra el cambio climático, comprometiéndose uno simbólicamente a reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmosfera utilizando la bicicleta en los desplazamientos diarios. En las numerosas matrículas de papel colocadas en la parte delantera de las bicicletas se puede leer que por cada kilómetro que se recorre en bicicleta en vez de en coche se evitan unas emisiones de 0,18kg de CO2. Hacia las doce menos cuarto, tras una espera provocada por el gran éxito de participación, sin lugar a dudas por el magnífico día que ha salido meteorológicamente hablando, tomamos la salida siguiendo a los diferentes efectivos de la Guàrdia Urbana de Badalona y de los miembros de la Unión Ciclista La Salud, que lleva el nombre del barrio de nuestra ciudad al que pertenece. Cabe destacar la presencia de voluntarios situados en algunos cruces del trazado para evitar problemas con los vehículos, a menudo frecuentes por la presencia de individuos de escaso comportamiento cívico al volante.

 

Durante los primeros instantes de pedaleo avanzamos en ligero ascenso hacia el centro comercial, donde pasamos por el Carrefour hasta llegar junto al Decathlon, cuyas tiendas de campaña, mochilas y ropa de montaña proliferan en el aire libre tanto o más como las setas lo hacen en los bosques húmedos de otoño. Muestra de ello la tenemos en el señor Rodríguez Zapatero, ascendiendo con unos pantalones Quechua a Collado Fermoso junto a su antiguo vecino de piso Jesús Calleja, el cual debe de estar en algún punto del Makalu (8463m) mientras yo me dirijo a las Ramblas de Badalona en bicicleta. La bajada desde el Decathlon hacia Santa Coloma de Gramanet es de agradecer porque, aunque breve, el sufrido ciudadano se evita el tener que hacer rotar los pedales para avanzar, pues invita la ley de la gravedad. Si en tiempos de Isaac Newton hubiera existido la bicicleta, quizá no hubiese estado meditando bajo un manzano sino que habría preferido darse una vuelta en bici, cambiando así la historia de la humanidad. Detenidos a la espera de que el grupo se agrupe, un señor ciclista bien equipado (entiéndase con maillot, mallas y casco) le intenta explicar a un joven que no se trata de ir haciendo eses con tal de ir el primero, que “a correr a la montaña”. El chico no parece muy normal y, una vez reanudamos la marcha, se le sale la cámara trasera de la cubierta, y lanza la bicicleta al suelo con furia. Creo que no nos va a molestar más.

 

Entramos en el término municipal de Sta Coloma, donde transitamos en gran medida también cuesta abajo en busca de las turbias aguas del río Besòs. En cuanto a la fisonomia de esta ciudad, cabe destacar que prácticamente son todo cuestas, e incluso hay calles tan empinadas que cuentan con escaleras mecánicas. Nosotros pasamos por una calle que parece bastante importante, donde el curioso transeunte se detiene ante la invasión de un incontable número de bicicletas para verlas pasar. Y es que por un día parece que este medio de transporte esté ganando al coche. Quizá una baza a favor del uso de la bicicleta, en tiempos de crisis, sea el elevado precio del combustible. Lo que sí es cierto es que la venta de coches se desploma y el litro de gasolina supera ampliamente el euro por litro. Si bien todo ello comporta importantes inconvenientes económicos, por otro lado tenemos que se utiliza menos el coche, por lo que la contaminación del aire en Barcelona ha disminuido, y el número de fallecidos en carretera también. Entre los efectivos que velan por nuestra seguridad durante la marcha tenemos a varios agentes de la Guàrdia Urbana que patrullan en bicicleta, tanto hoy como un día cualquiera. Es una buena medida del Ayuntamiento siempre y cuando no tengan que perseguir a algún malhechor que circule en coche, porque sino van a acabar un poco extenuados los pobrecillos.

 

Una vez llegamos al río Besós, a través del carril bici que ocupa lo que antes eran matorrales y nidos de ratas, avanzamos hacia su desembocadura con el Turó de Montcada a nuestras espaldas y Barcelona a nuestra derecha. La verdad es que han convertido un lugar inútil e insaluble en una zona de paseo, footing y demás actividades de esparcimiento, como la lectura o la siesta sobre el césped. Comienzo a notar el calor de pedalear con las dos camisetas bajo un sol que no parece muy otoñal. No ha sido una buena idea el colocarme la camiseta que me han regalado en la salida sobre la que ya llevaba, pero no me apetece parar porque, si bien no es una carrera, psicológicamente es duro dejarte pasar por decenas de bicicletas. Tenemos completamente invadido el río, formando una marea que llega hasta donde la vista alcanza, que debe de ser un kilómetro o más. Cientos y cientos de ciclistas recibimos en una carpa una especie de bolsa con un tapón por donde introducir agua. En un primer lugar me imagino que eso es un Camel Back, pero en casa descubro que es para introducirla llena de agua en la cisterna del lavabo. Si por ejemplo tiene un volumen de medio litro, cada vez que tiremos de la cadena ahorraremos esa cantidad de agua porque la bolsa está allí dentro ocupando ese volumen. La clave está en introducir dos cucharadas de sal en el agua de su interior para que sea más densa que el agua dulce y se hunda en la cisterna.

 

Abandonamos el interior del río subiendo de nuevo a la ciudad, donde nos regalan una mochila que contiene varios objetos, entre ellos una cinta reflectante amarilla y unas gafas de carton con forma de bicicleta. Esta vez se trata de Sant Adrià del Besòs, que llega hasta los alrededores de la zona del Fórum. Cruzamos el río por un puente y nos vamos hasta el Port del Fòrum. Cabe destacar que de camino a dicho puerto deportivo cruzamos varias veces el trazado del tranvía, aquí llamado Tram Baix, los cuales quedan detenidos ante el incesante paso de ciclistas, que como ya he comentado formamos un pelotón muy estirado que seguramente supera el kilómetro de punta a punta. Como colofón de las fiestas de la Mercè, están haciendo el festival aéreo, por lo que una simple mirada al cielo revela la presencia de un helicóptero militar, un grupo de cuatro cazas o varios paracaidistas, siguiendo lógicamente una secuencia en el tiempo. Lo que más llama la atención es un caza que hace unos fuertes sonidos, como explosiones, y que a veces baja en picado de frente, pero otras lo hace como de culo con el morro bastante hacia arriba. Lo que modestamente podamos ahorrar unos cientos de ciclistas a lo largo de una mañana, un artefacto de este tipo debe de emitirlo cada pocos segundos. El enorme éxito de dicho festival se manifiesta en la gran presencia de gente, incluso en la desembocadura del río Besòs y la playa de Sant Adrià, algo lejos del Fòrum. Desde el Port del Fòrum regresamos a Badalona paralelos al mar, pasando por las tres célebres chimeneas de la central térmica. Se comenta que quizá hagan un referéndum para ver si las derriban o las equipan como algo que le pueda ser de utilidad al ciudadano, pues pronto van a quedar fuera de servicio por suerte para la madre naturaleza. Algún día Gaia nos echará a patadas y no tendremos a donde ir.

 

Entre las tres chimeneas y las Ramblas de Badalona nos encontramos con el inaudito peaje urbano del nuevísimo puerto deportivo de Badalona, surgido fruto de una reforma integral que ha supuesto la construcción de innumerables edicifios de viviendas a pie de playa, algunos de ellos de unas quince plantas. El susodicho peaje, ubicado en una zona bastante surrealista dejada de la mano de diós pero con numerosos pisos nuevos sin comercios o escuelas cercanas, tiene un importe de 0,60 euros. Un señor junto a la primera barrera y otro junto a la segunda se aseguran de que dichas barreras estén levantadas. ¡Nos ha salido a cuenta venir en bicicleta! Entre el combustible que te ahorras, las emisiones que evitas y el peaje que no pagas, ¿para qué queremos un Porsche Chayanne? Además, nos ahorramos el seguro, la ITV y el impuesto de circulación, aunque todo ello también es posible utilizando el metro, el autobús, el tren o el tranvía. Pero por otro lado mejoramos algo que sólo se valora cuando se carece de ella: la salud. Y para estar saludable, los mejores medios de transporte son el caminar y la bicicleta, extensibles al monopatín, los patines en línea, y todos esos artilugios que desconozco como nombrar o utilizar.

 

Más de dos horas después de la partida, en las Ramblas de Badalona, pasamos el arco de llegada, donde nos obsequian con una botella de “mineral water”, como dice una ciclista que tengo delante. Es en ese momento cuando aprecio que no todos los participantes somos autóctonos. Un cartel nos informa del número de participantes y del número de Kg de dióxido de carbono que supuestamente hemos evitado, que supera en cifra los 600Kg. Eso sería así si hubiésemos ido al trabajo o a algún otro sitio en vez de usar el coche, pero haciendo la bicicletada creo que no hemos ahorrado nada, pues no creo que alguien tuviera pensado hacerla en coche. Aunque quizá alguno, de no haber estado hoy aquí, se hubiera ido a la costa, a la montaña o a donde le plazca, pero el número de kilómetros ya no coincidiría. Pero bueno, al fin y al cabo estas pedaladas, o bicicletadas populares como las llamo yo, sirven para recordar a la gente que la bicicleta es una alternativa al coche; una opción más ecológica, económica y saludable, más allá de un simple cálculo matemático, cosa ciertamente muy poco romántica.

 

P.D. Te invito a visitar mi canal de Youtube Feliz Éxito aquí:  www.youtube.com/felizexito




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