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Estas en ExCuRSiONiSmO RoMáNTiCo FoReVeR Archivo de Relatos March 2011 12-02-11 : De Paseo Por Tavertet
Thursday 10 de March de 2011, 19:24:34
12-02-11 : De paseo por Tavertet
Tipo de Entrada: RELATO | 2624 visitas

Tranquilo paseo por las inmediaciones de Tavertet en compañía de Alba, que hace mucho tiempo que no sale de excursión. Sin apenas desnivel, intentamos realizar una ruta circular que me ha recomendado Xavier (Amunt), pero no acabamos de encontrar el camino correcto. De todas formas, pasamos una grata mañana en tan idílico lugar, con el embalse de Sau y sus bosques bajo las “cingleras” sobre las que caminamos.

 

Un dicho polular dice que en Tavertet se respira el aire más puro de Cataluña. Nosotros, conscientes de que una mezcla no puede ser pura, nos dirigimos para allá para impregnarnos de naturaleza y de tranquilidad, y por qué no decirlo, a Alba le ha convencido el ir tras la excursión a un restaurante que nos ha recomendado Xavier, el que se encuentra aproximadamente enfrente de la iglesia. La ruta que pretendemos realizar es una circular de unos trece kilómetros con unos cuatrocientos metros de desnivel. Consiste en dirigirse a Novelles, subir a la ermita de Sant Corneli, tirar hasta el Collet de les Graus e iniciar el regreso pasando por el Pedró (1194m), el Puig de Cortills (1196m) y la Rocallarga (1187m), excelentes miradores de toda la zona del Pantano de Sau, cuyos bosques se extienden a sus pies.

 

Con tales intenciones paso por Granollers para recoger a Alba y tiramos hacia Vic. Allí tomamos hacia Roda de Ter y L´Esquirol, y siguiendo las indicaciones viales nos plantamos en el pueblo de Tavertet, que parece estar situado en medio de la nada, o del todo, según se mire. Cien kilómetros lo separan de Barcelona, y 869 metros del nivel del mar. Gracias a unas cuarenta casas levantadas entre el siglo XVII y XVIII está declarado Bien de Interés Cultural, lo que le convierte en un buen candidato para ser visitado por turistas con poco interés montañero, más proclives hacia la fotografía o la gastronomía o simplemente al esparcimiento o al coleccionar lugares visitados. Hasta el 26 de agosto de 2010 vivía aquí el filósofo Raimon Panikkar, quien supo escoger bien un lugar en el que poder meditar y reflexionar acerca de vicisitudes varias, en especial de las diferentes religiones que pueblan la Tierra. Además de amigo del saber (filo=amigo, sofo=saber), diría que realmente fue un sabio cuyo legado dará que hablar.

 

Una vez estacionado el coche, que se deja en un aparcamiento situado a las afueras, emprendemos la marcha. Son las 9:55 y un cartel nos indica que estamos a 868m de altitud. Podemos tomar rumbo a las montañas, que es lo que a mí me atrae, o rumbo a la ermita de Sant Corneli, que es lo que prefiere Alba, y claro, tiramos hacia Sant Corneli. Lo bueno de dicha opción es que el comienzo es más suave, y habrá que calibrar lo fina que anda Alba tras año y medio sin salir de excursión o, si se da el caso, hacer una retirada a tiempo. La ventaja de comenzar por donde yo quiero, nada despreciable, es que el itinerario del libro comienza por allí, y yo no me conozco la zona. Así, haber escogido una y no la otra opción, algo aparentemente sin consecuencia en una ruta circular, nos conduce a dos futuros distintos: el de la pérdida de hoy, o el de un día que ha dejado de existir, en el que pasaríamos por las tres cumbres que pertocan, y desde las cuales podría observar bien el paisaje con los prismáticos que porto. A saber la de cosas que nos vamos dejando en cada decisión que vamos tomando en este largo camino que es la vida…

 

Las inmediaciones de Tavertet son prados altos, una especie de altiplano que de repente se ve interrumpido por un corte vertical de unos cuatrocientos metros, las “cingleras”, bajo las cuales se encuentran los bosques de la Valle de Sau o del Ter. Por lo tanto, es un lugar ideal para realizar caminatas sencillas, con apenas desnivel, en un entorno cien por cien natural, sin rastro de las grandes ciudades ni de sus mundanales ruidos o humos. No es un terreno en el que buscar grandes aventuras –para eso ya tenemos otros– sino que lo que hay que venir a encontrar, en mi opinión, es un buen día en pleno contacto con la naturaleza, lejos de todo aquello que nos agobia, nos frustra y nos hace sentir mal. La pista que hemos tomado discurre por prados aún faltos de vacas. Un desvío a la derecha conduce en acentuada subida a Monteis pero lo pasamos de largo. Nuestra intención es llegar a Novelles, cuatro casas mal contadas en un prado, al que llegamos en poco tiempo, a las 10:26. Entonces tomamos una pista a la derecha que, según un cartel, nos llevará a la ermita de Sant Corneli. Y así sería si no optaramos por abandonarla en una curva a la derecha de noventa grados para seguir recto tras unas marcas de pintura que nos introducen en el bosque a través de un sendero que avanza junto a una riera. Ya estamos perdidos.

 

La ruta es de unas cinco horas y a la hora de comer tenemos que estar en el restarante si queremos tener algo cocinado que llevarnos a la boca, así que desde un principio soy consciente de que cualquier distracción o pérdida de tiempo nos va a acarrear un problema, o bien por llegar al pueblo demasiado tarde o por no poder realizar el recorrido completo. En ese sentido, los palos de ciego que damos por el bosque, de un lado para otro siguiendo senderos medio evidentes –y medio no–, nos demoran sobremanera. Con el mapa en la mano tiramos hacia donde debe de encontrarse la ermita abriéndonos paso como buenamente podemos a través de indecibles matorrales y de algunas zarzas. Me encaramo sobre el tronco de un árbol  de poco fiar e intuyo bastante cerca una ausencia de vegetación, lo que acaba siendo una pista forestal entre tantas matas. A través de ella, tomando a mano derecha –es decir, regresando hacia el pueblo–, nos plantamos en la anhelada ermita al borde del mediodía. ¡Dios, la de tiempo que hemos perdido!

 

Maldiciéndo el haber abandonado la pista y lamentándome por lo tarde que es, ya no sé si continuar adelante o regresar hacia el pueblo con el rabo entre las piernas, cual fracasado paseante que ya ni para eso sirve. En el fondo, Alba suspira por regresar y entrar en el restaurante, pero como me dice que físicamente está bien, consigo llegar a un pacto implícito que se concreta sin aparente concordancia. El caso es que nos alejamos de la ermita en el sentido contrario al del pueblo. Caminamos bastante ligeros hasta llegar a las inmediaciones de la Font de la Vena, pero ni rastro de la fuente. Tampoco son mi especialidad. Varias bifurcaciones llevan hacia multitud de sitios diferentes. Como no sé hacia donde va nuestra ruta, y en el mapa no está nada evidente, tomamos la pista que avanza por la otra vertiente del valle por el que hemos venido. Unos carteles informan de que no hay que recolectar las moras que hay junto a la pista, pues por lo visto han sido sulfatadas. Por si acaso, es mejor no poner en duda su veracidad.

 

Al llegar a un cercado nos introducimos en unas zonas de pasto increíblemente amplias y llanas, con excrementos de vaca por aquí y por allá, pero sin rastro de los rumiantes. Caminamos y caminamos sin saber a donde vamos, en menudo berenjenal nos hemos metido como si tal. Total, hemos venido a andar, pero todo tiene un final. Cuando los prados se acaban no hay más remedio que regresar: a un lado está el despeñadero de la “cinglera”, y al otro bosques por los que vete a saber a dónde vamos a parar sin sendero alguno. Pillamos la única pista de la zona, que fíjate por donde, nos lleva a un lugar que nos suena del primer desvío del día: Monteis. Parece una propiedad particular vallada, así que no nos atrevemos a meternos y optamos por seguir unas marcas amarillas que nos pierden. Regresamos y tiramos por una pista que desciende bastante, hasta llegar a la carretera que lleva de Tavertet a Rupit, por la que también avanza el GR-2. Si bien es un palo caminar sobre el asfalto y el sol aprieta de lo lindo a estas horas, al menos sabemos que antes o temprano llegaremos a Tavertet. Y sí, ahí está, llegamos bastante rato después, a las 14:33. Sin haber subido a ninguna de las tres cumbres, sin saber muy bien por dónde nos hemos metido, sin poder decir que todo ha acontecido sin incidencias, pero qué más da, ahí está el restaurante. ¡Y menudos platos que sirven!

 

P.D. Te invito a visitar mi canal de Youtube Feliz Éxito aquí:  www.youtube.com/felizexito




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